Se enfría un negocio. El peso se depreció un 50% en diez meses en la Argentina, el consumo en general cayó en el primer semestre por debajo de los malos números que ya había registrado en 2017 y las expectativas para lo que resta del año y para 2019 son malas.
En ese contexto, el negocio de las cervecerías artesanales tiene otros dramas: la alta competencia a partir de la proliferación de nuevos emprendimientos en los últimos cinco años y la fuerte alza en los insumos, la mayoría dolarizados.
Compran insumos en dólares y venden su producto en pesos a gente que tiene cada vez menos en el bolsillo. ¿Qué podría salir mal?
“El negocio de la cerveza artesanal vivió años de bonanza, impulsado por una demanda sedienta de opciones sofisticadas que generó un crecimiento anual a tasas superiores al 40 por ciento. Pero el festival terminó y los productores reconocen que este será el primer año en el que la industria no crecerá”, publicó El Cronista.
La devaluación, que disparó los precios de los ingredientes, y la recesión afectaron la ecuación y todo parece que ya comienza a derivar en el cierre de fábricas. A eso hay que sumarle la brutal suba de las tarifas de luz y gas, algo que también jaquea a los pequeños emprendendores.
Tres de las cuatro materias primas principales de la cerveza tienen sus precios directamente atado al dólar: malta, lúpulo y levadura. La moneda estadounidense se vendía en Argentina a 18,45 pesos en diciembre de 2017 y, en octubre de 2018, roza los 39.
Con el consumo tan bajo, los mayores costos no se pueden trasladar a los precios y el resultado es simple: la quiebra.
“Muchas cervecerías pequeñas tuvieron que cerrar, más que nada aquellas que no estaban establecidas en el mercado y varias medianas, están muy comprometidas”, dice en Apertura.
El fenómeno está generando que el precio de las cervezas artesanales esté ahora por debajo de la industrial de alta calidad, cuando antes era al revés. Un litro de aretesanal se consigue por 50 pesos (US$ 1,28) y las otras, como Heineken, por ejemplo, por 80 pesos (US$ 2,05).
Además, para los pequeños empresarios que necesitan pedir un préstamo para maquinaria, por ejemplo, la tasa de interés supera el 70 por ciento anual, la más alta del mundo.
