Una de las cifras que ha sido noticia durante las últimas semanas es aquella que dibuja lo que sería la peor época para el iPhone. Apple no logra que las ventas de su smartphone despeguen y eso es un gran problema para Samsung.

A decir del reporte financiero entregado por la empresa, entre octubre y diciembre del año pasado, los ingresos generados por el smartphone de la compañía cayeron un 15 por ciento -unos 66 millones de dispositivos- en comparación con el mismo periodo de 2017.

Esta cifra representa la peor caída en los beneficios que el iPhone entrega a la compañía de Cupertino desde su salida al mercado en enero de 2007.

Si bien Apple es la primera afectada al respecto, es cierto que los bajos niveles en ventas impactará a terceros y uno de los grandes afectados será Samsung.

Efecto domino

Aunque la caída para el iPhone podría leerse como un beneficio para los planes de surcoreana con sus dispositivos Galaxy, la realidad es que en términos de negocio lo que sucede con Apple se traduce en un duro golpe para Samsung.

Todo tiene que ver con los resultados del primer trimestre para Samsung. De acuerdo con datos entregados por Reuters, se espera que Samsung cierre el primer trimestre de 2019 con ganancias calculadas en 6.4 mil millones de dólares. Si bien la cifra no es menor, lo cierto e que se trata de una preocupación importante para Samsung su se considera que durante el mismo periodo dela año pasado ingresaron más del doble (13,8 mil millones).

A decir de los analistas, la caída en ingresos está relacionada con la baja demanda en chips y pantallas que les piden otras marcas, con lo que es posible afirmar que uno de los principales motivos por el flojo inicio de año para Samsung son las bajas ventas de iPhones.

Las bajas ventas en el iPhone, llevaron a Apple a reconfigurar su estrategia de negocio para apostar mucho más por sus servicios antes que por los dispositivos en una suerte de eliminar la dependencia que la rentabilidad de la marca tiene con el iPhone.

A finales del año pasado, Samsung ya advertía que este movimiento tendría impactos en sus ganancias ante la caída en la demanda de sus chips y pantallas; sin embargo, parece que esta caída es mayor de lo que esperaba.

De esta manera, Samsung está obligado a pensar en una salida que le permita mantener la estabilidad de su negocio y aunque su apuesta por los dispositivos plegables puede ser una opción viable, lo cierto es que podría no alcanzarle ante la inmadurez del mercado.