Desde que se hizo cargo como máxima autoridad de la iglesia católica, Jorge Mario Bergoglio, mejor conocido como el Papa Francisco, ha sido congruente en su forma de vivir, de actuar y de pensar en relación con su comportamiento de líder, y es por ello que ha ganado muchos adeptos ante la sociedad pero también muchos enemigos dentro y fuera de la iglesia que no les gusta la manera tan abierta y clara de cómo se dirige hacia ellos.

Los líderes de la actualidad tienen que ser progresistas, gente que influya de buena manera a sus equipos, que sean cercanos a la gente que los rodea, que sean humildes y que aprovechen su poder para el bien de la organización, de los empleados, de ellos mismos sin que se hagan ricos a costa de los demás, sin siquiera tener un gesto de agradecimiento.

El Papa Francisco no se niega a la modernidad, lo cual es básico para toda clase de líder, pues las redes sociales hoy día son un motor de generación de negocio para todas las empresas y el sumo Pontífice, en su calidad de CEO de la iglesia católica ha entendido a la perfección este asunto y por ello le ha pedido a todos los líderes de la iglesia que se modernicen para poder hacer llegar el producto a los lugares más recónditos del planeta.

El Papa Francisco es un líder mediático, que nos puede caer bien o mal, pero lo que es un hecho es que su liderazgo está poniendo de pie otra vez a una iglesia que no tenía rumbo, que se estaba tambaleando y que con base en buenas tomas de decisiones, firmeza e imagen congruente, incluso en una buena estrategia de mercadotecnia, ha podido darle la vuelta a un grave problema de credibilidad debido a que la gente estaba optando por irse a otras religiones. Por lo tanto, les comparto las cualidades de líder que ha demostrado tener el jerarca del catolicismo y que podemos aplicar en nuestra actividad profesional para consolidar nuestras características de liderazgo que habremos de ejercer.

1. Predicar con el ejemplo

Quién se considere líder, lo primero que tiene que aprender es a predicar con el ejemplo, porque de nada sirve dar discursos profundos, motivadores, que le lleguen a la gente, pero que de manera incongruente no lo práctica la persona que los está dando. No le podemos pedir a la gente que trabaja con nosotros que llegue temprano cuando nos aparecemos a las 10 de la mañana, o a quedarse después de la hora de la salida si estamos fuera de manera más que puntual; a que aprendan sin enseñarles, sin dedicarles tiempo suficiente porque siempre estamos ocupados en lo supuestamente urgente porque nuestra soberbia puede más que nuestra humildad y por ello preferimos mantener una imagen que no es la correcta. El respeto de un líder se gana con el ejemplo y de ser necesario enrollarnos las mangas para demostrar el coraje y pasión para mover cosas, hay que hacerlo.

2. El poder lo debemos utiliza de una manera inteligente

Nada en este mundo se obtiene de manera sencilla, todo cuesta y la vida es muy difícil, por lo que hay personas que apenas y les dan poder, se confunden, se suben a un ladrillo y bajarlas de ahí cuesta mucho, porque no entienden que el poder les es dado para que construyan, para que lo aprovechen en beneficio de la organización, para que muevan a la gente a ser productiva, para lograr objetivos y no para enriquecerse a costa de los demás, de maltratarlos y de ser desconsiderados con la gente que es parte de su equipo y que gracias a ellos están en una posición privilegiada, sin embargo, mucha gente no entiende porqué se le ha dado poder y lo utiliza únicamente para su beneficio.

3. Los fracasos no deben deprimirnos

Como todo ser humano, el Papa Francisco no está exento de cometer errores, pero lo que él propone es olvidarse rápidamente del error cometido, no quedarnos atrapados en algo que ya ocurrió, que no podemos remediar y que no nos servirá en el futuro. Lo que debemos hacer es aprender de esos errores para ser mejores líderes y sobre todo triunfadores.

4. Ejercer el liderazgo sin miedo

Los líderes que sean timoratos, que no se arriesguen y que vivan preguntado a otros qué es lo que tienen que hacer, no tienen futuro dentro de las organizaciones, porque el miedo siempre genera confusión, nos quita seguridad, nos paraliza y nos atrinchera en nuestras inseguridades; además el miedo nos impide pensar de manera correcta, así que al miedo hay que hacerlo a un lado y hay que tomar al toro por los cuernos, pues para eso hemos sido preparados, para tomar decisiones.

5. Si es necesario pelear, hay que hacerlo

En el discurso del sábado en la Basílica de Guadalupe, les ha dicho el Papa a los líderes de la iglesia católica, que de ser necesario tienen que pelear para que exista claridad y honestidad sobre cómo están haciendo las cosas, porque simple y sencillamente no pueden hacer cosas en los oscurito que dañen la de por sí maltratada imagen de la iglesia católica por actos de corrupción y perversidades sexuales de algunos de sus integrantes. Así que, todo líder debe denunciar y enfrentarse a aquellas personas que lejos de aportar, simple y sencillamente se dedican a cobrar un sueldo sin ser productivos, sin lograr sus metas y generando únicamente gastos a las empresas, a esos son a los que tenemos que excluir de las organizaciones.

6. Hay que estar cerca de la gente

Si algo nos ha enseñado el líder de la iglesia católica es a estar cerca de la gente que nos rodea, a darles ese tiempo que requieren, porque quien está cerca de la gente, entenderá la problemática que tienen, los ayudará a resolver problemas con mayor rapidez, los alentará a continuar con la misión sin caer en la resignación y decir, pues se hizo lo que se pudo. El objetivo de estar cerca de la gente tiene que ser para empujarlos a cumplir los objetivos que han sido establecidos y esa tiene que ser la única misión.

7. El líder tiene que mostrar mucha energía

Hoy día muchas de las personas se quejan por la supuesta saturación de trabajo que tienen, también de las horas que tienen que trabajar después de la hora establecida para salir cuando lo que deberían hacer es adelantar cosas para tener su trabajo al corriente. El Papa Francisco, a sus 79 años, nos ha demostrado que después de tener jornadas de 12 horas de trabajo, todavía tiene tiempo para saludar a la gente que lo está esperando fuera del lugar que tiene establecido para dormir y es una cualidad que todo líder debe tener, poseer una gran energía dónde demuestre a su equipo de trabajo que no hay pretextos para no tener las cosas a tiempo.

Estilos de liderazgo que podemos tomar de referencia hay muchos, pero lo que no debemos perder de vista es el ser auténticos, no ser imitadores de otras personas, porque seguramente lo van a detectar los miembros del equipo y perderemos credibilidad. La autoridad y la humildad no están peleadas y es algo muy interesante que pone en práctica el Papa Francisco, por lo que podemos aplicar desde ahora muchas de sus cualidades que tiene para ser líderes de excelencia, que es de lo que están careciendo muchas de las empresas.