Números precisos de la firma Emerald Insight señalan que el 90 por ciento de las empresas del Fortune 500 practican la inteligencia competitiva.
La inteligencia competitiva es el sistema en el que una compañía recolecta, analiza y utiliza la información abierta de la competencia para aprovecharla a su favor.
Más que concentrarse en las debilidades de la competencia y atacar por ahí, el sentido de la inteligencia competitiva es mucho más profundo, pues se concentra en la industria en la que se desarrolla, en el segmento en el que trabaja y finalmente en el producto o servicio que brinda.
Esto le permite entender mucho mejor el negocio y por ende, superar a sus competidores. Es por ello que la consultora Forte compartió que 70 por ciento de las grandes empresas consideran que de haber contado con esta herramienta mucho antes de conocerla, pudieron desarrollar campañas más efectivas.
Análisis de las necesidades
Se trata de un estudio con el objeto de encontrar vacíos que permean en los procesos de las compañías. Para lograrlo hay que recoger información y analizarla.
Fuentes secundarias
El uso De Fuentes internas y externas, públicas, adquiridas en información/consultoría, es básico para esta práctica, de ahí que se de inicio por las fuentes secundarias, mucho más generales en el segmento.
Fuentes primarias
Se trata de las fuentes que se deben convertir en una práctica habitual y continua, que deben monitorearse constantemente para no perder la visión de lo que está pasando en el mercado.
Análisis
Una vez conformada la información se desarrolla el análisis de los datos por manos expertas en el tema. La inteligencia competitiva permite identificar y desarrollar innovación justamente gracias al análisis de las publicaciones y patentes de las industrias al conocer de primera mano las tendencias en investigación y desarrollo que se van a aplicar, es por ello que es una ficha fundamental a jugar.
Distribución
El mayor problema al recopilar datos y analizarlos es la llamada “infoxicación”, que se elimina con la siguiente ficha a jugar que es la correcta distribución de los mismos. Está orientada a proteger y gestionar la información propia de tal manera de que la comunicación interna brinde seguridad a esta y que permita que cada miembro reciba la información necesaria y adecuada en cada momento.
Utilización y evaluación
Una vez determinados los datos útiles, la evaluación permite cubrir la meta final de la IC que es adquirir conocimiento sobre el entorno económico, de mercado, tecnológico, social y político, y la evolución de todos estos en pro de la compañía.
Una empresa que no juega estas fichas o que las apuesta mal, está destinada al fracaso paulatino.