Cálculos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) refieren que “los gastos hormiga” pueden representar hasta el 12 por ciento de nuestro salario mensual, es decir, un mexicano puede destinar hasta 39 mil pesos anuales en compras “no planeadas”.
Independientemente del rango social al que perteneces, una mala planeación de tus finanzas personales puede ocasionar que el dinero se desperdicie en compras innecesarias, por lo que una compra inteligente puede hacer que el salario o riqueza dure más. La publicación Time destaca las siguientes malas prácticas en gasto de dinero:
Compras cosas nuevas solo porque son “nuevas”. Casos, como el lanzamiento del nuevo iPhone destacan como ejemplo, por las filas a las 2 am el día de lanzamiento. Si bien el comercio hace “girar al mundo”, lo cierto es que los artículos se deprecian a largo plazo, lo cual significa que no conseguirás de vuelta el valor de tu dinero al comprar un gadget o auto caro por ser nuevo, salvo que lo utilices por mucho tiempo.
Comprar lo que no necesitas. El Black Friday, o en México “El Buen Fin” suelen ofrecer descuentos agresivos para compradores distraídos que no siempre compran lo que necesitan. Lo importante de ahorrar es planificar una compra en específico con tiempo de antelación.
Pagar comisiones por uso de tarjeta de crédito. Hay algunas excepciones cuando programas compras de objetos que necesitas, ya que si bien algunos bancos ofrecen descuentos por pagar a tiempo, lo cierto es que no tiene mucho sentido pagar una cuota anual por solo tener una tarjeta de crédito, ya que hay compañías que ofrecen tarjetas sin cuotas.
Tarjetas de regalo. También conocidas como “tarjetas de fidelidad a una tienda”, no son recomendables porque extraen información personal y rastrean tus compras a cambio de descuentos, lo cierto es que al tener tus datos como dirección, número de teléfono, te molestarán para que hagas más compras de “oferta” sin que tú lo solicites, haciendo que gastes de forma innecesaria.
Comer más en la calle que en casa. Por falta de tiempo o pericia para cocinar, puede parecer práctico comprar en tiendas, lo cierto es que puedes gastar más de lo que tienes, aunado a que puedes comer mejor en casa por menos dinero, incluso si cocinar “no es lo tuyo”, ya que la mayoría de los productos, aunque sea comida, suelen tener un impuesto de 15 por ciento o más, y las opciones pueden no ser siempre nutritivas.