Quizá podríamos pensar que ser oportuno tiene que ver con no aparecer en un momento inconveniente para otras personas. Podríamos considerar también que es la habilidad para aparecer en el momento adecuado en el lugar adecuado. Sin embargo, hay que comprender que “encontrar” oportunidades no es lo mismo (ni por mucho) que saber influir en las mismas.
Es común encontrar gente que piensa que las oportunidades llegan como eventos externos, de forma indiscriminada y, aunque en ocasiones pueden verse así, también existe la posibilidad de integrarlas a nuestra vida mediante el desarrollo de nuestra habilidad para generarlas.
Así que el “don” de la oportunidad no solo se remite a saber adaptarse a los “estímulos” de nuestro entorno sino a saber interactuar con este, de tal forma que “literalmente” podemos fomentar eventos más favorables para nosotros.
Ser oportuno es más bien tener la capacidad para desarrollar una habilidad en la que, con la práctica y con el tiempo, podemos hacernos muy buenos para interpretar e interactuar con los eventos que nos ocurren. Para comenzar, es importante considerar algunas cosas básicas que comento a continuación:
1. Mueve el gallinero
Tu forma de ser es la que te ha puesto precisamente en el lugar en el que estás. Las oportunidades que no se han presentado se deben, en gran medida, a que “eres como eres” y “haces lo que haces”. Para comenzar a fomentar nuevas oportunidades es muy importante romper tu rutina operacional. Busca nuevas formas de hacer tus actividades. Cambia tus hábitos de interacción con tu vida y “haz cosas diferentes, de diferente forma”. Esto necesariamente moverá todo tu esquema y podrás traducirlo en nuevas oportunidades.
2. Traduce las diferencias
Es muy importante tener la capacidad para saber diferenciar entre las condiciones que se nos presentan y las oportunidades que podemos inducir y aprovechar. Las condiciones que se presentan pueden ser oportunidades en sí mismas, pero si no sabemos traducirlas e incorporarlas a nuestra vida, simplemente se quedan en condiciones. De ahí el famoso dicho que: “Dónde muchos fracasaron, uno tuvo éxito”. Un ejemplo sencillo puede ser: Un millonario que tiene “condiciones de millonario”, pero sus oportunidades son sólo las que puede ver.
3. Aplica la gradualidad
Cada evento que ocurre puede ser una fracción de una oportunidad. No desperdicies nada. Conecta a todas tus personas con todos los eventos de tu vida. Nunca se sabe dónde hay una fracción de oportunidad que te puede abrir un nuevo panorama.
4. Ubica tu zona de influencia
Por último y, no menos importante, es muy conveniente conocer tu zona de mayor influencia. Si bien es real que todas las posibilidades existen para todos, habrá situaciones que sean mucho más fáciles de manejar para ti. Mientras que formular una ecuación que defina la gravedad de la galaxia puede ser más viable para un Doctor en Física, requeriría de mucho más trabajo por parte de un abogado para llegar al mismo resultado. En ambos casos es posible. Sin embargo, para uno es mucho más factible que para el otro.
Recuerda que en todos los casos, los resultados se derivarán de la perseverancia y dedicación. Esto no es una receta de microondas que “cambie tu vida” de manera instantánea. Tú, ¿Cómo identificas oportunidades? ¿Tú eres de los que “cazas” oportunidades o prefieres crearlas? Te invito a que participes en este espacio y sigas la conversación en @carlosluer. Nos seguimos leyendo por aquí