El concepto crowdfunding fue utilizado por primera vez en 1997, cuando la banda de rock británica Marillion lo empleó para denominar una campaña que buscaba recaudar 60 mil dólares por medio de internet para financiar una gira.
Se trata de un modelo de financiamiento basado en dos puntos básicos: una idea de negocio atrayente y personas que deseen invertir en esa idea.
Contenido en video
El video es uno de los formatos más atractivos, especialmente con un contenido que logre enganchar a quien los ve. De acuerdo con la revista New York Magazine, el 80 por ciento de los consumidores prefieren los videos en tiempo real para visualizar el contenido de una marca.
Pero de acuerdo con HubSpot, un video promedio sólo logra retener hasta el final a 37 por ciento de las personas que los reproducen, por ello, es básico que el estratega cuente una buena historia para que los posibles inversores se interesen realmente en el negocio.
Engagement
Es básico considerar el engagement como un objetivo. En este sentido, el brand engagement aún es utilizado por 4 de cada 5 mercadólogos, como una de las medidas para probar el retorno de inversión.
Beneficios
La exposición de un proyecto siempre deriva en lo que puede beneficiar al inversor y suele enfocarse en el ROI, pero no siempre es el motivo que motiva a los inversionistas a apoyarlo.
Se pueden idear recompensas que sean lo más creativas y personalizadas posibles y dejar muy claros los beneficios que el inversor obtendría.
Lapso
Kickstarte recomienda que una campaña se desarrolle en 30 días o menos, pues prevé que los proyectos a largo plazo son los menos exitosos. Además, entre más rápido vea resultados el inversor, mayor será su interés de apoyar otros proyectos.