Hoy en día, una de las cualidades más necesarias en un líder es la de saber cuándo delegar y cuándo hacer uno mismo las cosas. Temas como innovación, trabajo creativo o cultura organizacional, pueden ser desarrolladas en ambos sentidos, ya sea que el líder marque el camino y su mejor gente desarrolle las ideas de acuerdo a su experiencia de campo o, por el contrario, que sea el mismo líder quien determine el curso y haga el trabajo creativo en su totalidad.
La realidad es que no hay respuesta acertada. En ambos estilos hay casos de éxito y de fracaso. Aunque cuando, es un caso de éxito en que el líder es quien marca la totalidad del camino, se le denomina visionario y son casos muy contados.
Un líder debe establecer la visión conforme la que todo su staff deberá compaginar al realizar sus actividades. Debe establecer y recordar constantemente la perspectiva desde la que todos deben abordar un proyecto o sus respectivas actividades en el día a día. Debe dar la visión para orientar todas las acciones hacia una causa en la que todos crean.
Personalmente considero que, en todo líder, hay una faceta interna y otra externa. Es decir, la formación del líder desde adentro y la proyección de éste hacia afuera.
Formarse líder desde adentro implica centrarse en la causa o propósito que le permite influir, de manera sobresaliente, en un grupo de personas en torno a una idea, potenciado por los hábitos, rasgos de personalidad, habilidades y competencias que lo hacen ser quien es.
La proyección de un líder hacia afuera, se centra en cómo éste traduce su visión, determinación, actitudes y aptitudes para influir positivamente en los demás. Aquí se trata de proyectar, compartir e influir en otros a partir de las cualidades que conforman su persona y lo hacen destacar, brindando una sensación de seguridad en los demás.
Hay tres rasgos que considero clave en líderes que realmente hacen la diferencia:
CLARIDAD
¿Cómo vas a poder llegar si no sabes a dónde quieres ir? Saber qué quieres, cómo y cuándo lo quieres es fundamental para poderlo alcanzar. Una buena claridad lleva a los logros extraordinarios.
PASIÓN
Va de la mano con la claridad. No puede haber total claridad si no está alineada con la pasión. La pasión es el motor que te puede permitir vibrar y empoderarte a un nivel que sólo tú puedes lograr. No se trata de emular a nadie. Es algo completamente personal.
DETERMINACIÓN
Depende de las dos anteriores, pero es igual de importante. Mantener el estado de generación de valor que se encendió con la pasión y claridad requiere de una férrea determinación que lo prolongue durante el tiempo.
En general, un líder es alguien diferente, no por que busque ser diferente, sino porque gracias a sus actitudes y aptitudes sobresale e influye positivamente en un grupo de personas. Es aquél cuya claridad, voluntad y determinación lo ponen en una posición para hacer trascender una visión personal e influir positivamente en el comportamiento de los demás.
¿Conoces la causa que mantiene encendida tu pasión, que enfoca tu claridad y que empodera tu determinación? Te invito a que participes en este espacio. Recuerda seguir la conversación y SEGUIRME EN TWITTER: @carlosluer. Nos seguimos leyendo por aquí.