Internacional.- El transporte público de pasajeros no suele ser uno de los lugares más seguros de las ciudades, en especial para las mujeres. Una investigación ordenó a las ciudades según el nivel de acoso.
Una encuesta mundial ubica a cuatro ciudades latinoamericanas en los primeros seis lugares de una lista de urbes con el transporte público más peligroso para las mujeres.
Según el nivel de acoso sufrido, la encuesta divulgada por Forbes y basada en un estudio elaborado por la Fundación Thomson Reuters, posiciona a Bogotá como la peor, seguida de Ciudad de México y Lima. En el cuarto puesto figura Nueva Delhi (India), en el quinto Jakarta (Indonesia) y en el sexto otra latinoamericana: Buenos Aires. (ver también “Tres campañas de marketing social“).
- Bogotá, Colombia
- Ciudad de México, México
- Lima, Perú
- Nueva Delhi, India
- Jakarta, Indonesia
- Buenos Aires, Argentina
- Kuala Lumpur, Malasia
- Bangok, Tailandia
- Moscú, Rusia
- Manila, Filipinas
- París, Francia
- Seúl, Corea del Sur
Del otro lado del ranking, entre las ciudades más seguras para las mujeres, aparecen Nueva York, Tokio, Beijing y Londres. El estudio aclara que en cinco capitales –El Cairo, Dhaka, Kinshasa, Teherán y Bagdad– no se pudo hacer el estudio “debido a conflictos o porque YouGov y sus encuestadoras asociadas no pudieron garantizar la muestra online necesaria de mujeres”.
Según dio a conocer La Nación, “el sondeo consultó a 6.550 mujeres acerca de cuán seguras se sentían cuando viajaban en transporte público en 15 de las 20 más grandes capitales del mundo, además de Nueva York”.
Toqueteos, acoso, agresiones… estas son las ciudades con el transporte público más peligroso para las mujeres: pic.twitter.com/aVX5oOPd11
— pictoline (@pictoline) 6 de abril de 2016
El cuestionario del estudio incluyó cinco ejes de análisis a través de los cuales, luego de mensurar su incidencia en la seguridad general, se elaboró el ranking. Estos fueron: “cuán seguras se sienten cuando viajan solas por la noche”, “el riesgo de ser acosada física o verbalmente”, “la probabilidad de que otros pasajeros las ayuden”, “confianza en las autoridades que investigan los reportes de acoso o violencia” y “la disponibilidad de un transporte público seguro”.
En las ciudades más desfavorecidas por los resultados se registró un nivel muy elevado (mayor al 50%) de respuestas positivas en relación a haber sido acosadas alguna vez en el transporte público.
Campañas
En gran parte de las grandes ciudades se han desarrollado campañas para detener este tipo de acoso y concientizar a la gente sobre el tema.
En Tucumán, ciudad del noroeste argentino, se cansaron de las “apoyadas” arriba de los ómnibus urbanos, por lo que se lanzó una campaña denominada #TransporteLibreDeAcoso. Se trabajó con los conductores del sindicato y se difundieron imágenes sobre hasta qué distancia puede estar un pasajero de otro.
La campaña #TransporteLibreDeAcoso se centró en señalar “negativamente el roce voluntario en el transporte público”, según sus organizadores. Según publicó Día a Día, citando a la abogada Soledad Deza, del comité académico del Observatorio de Género de la Universidad de Tucumán: “El acoso callejero habla de un ‘cuerpo público’ de la mujer. Por eso no importa si lo que se dice es una galantería o una grosería. El cuerpo no debe estar sujeto a opiniones. Es privado”.