Por Camila González
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A ratos me impacta que seamos tan poco impresionables y que no podamos dimensionar que estamos viviendo una revolución que parte en dos el devenir de la humanidad. Como si nada, vamos instalando aplicaciones, abriendo perfiles, usando herramientas sobre las cuales sólo osamos decir que son fantásticas, pero literalmente no nos damos cuenta de que sí parecen sacadas de la fantasía.
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Me refiero por ejemplo a los MOOC´s o (masive open online courses), un concepto que, no les miento, ha estado a punto de sacarme las lágrimas, y no es para menos si reflexionamos en sus profundas implicaciones.
Estuve leyendo acerca de la plataforma de educación virtual gratuita Coursera, no sé cuántos de ustedes la conocen. Fue fundada en 2011 por dos profesores de la Universidad de Stanford con el fin altruista –y hermoso, sin duda- de compartir conocimiento a la población de todo el mundo.
Inició con dos cursos: uno de bases de datos y otro de aprendizaje automático y, en 2012 ya contaba también con la participación de la Universidad de Michigan, Princeton y Universidad de Pensilvania.
Y así empezaron a ampliarse las posibilidades de instituciones y temarios… En septiembre de 2012, Coursera ya contaba con 1.2 millones de estudiantes, 121 cursos y 33 universidades asociadas. Al final de ese año, llegó a la nada despreciable cantidad de 1.9 millones de estudiantes. Otra plataforma por el estilo y basada en la de Coursera, wedubox, luego lanzó el primer MOOC en español con 250 profesores. Y hace apenas unos meses, Coursera anunció cursos en inglés, español, francés, chino e italiano y la participación de 62 universidades.
Sí, me sobrecogí, al enterarme de que cualquiera puede tomar cursos de miles de temas en las más prestigiosas o especializadas universidades del mundo, sólo con tener Internet. Es un concepto que rebasa no sólo fronteras, sino que empieza a borrar las brechas de los paradigmas sociales –en lo que respecta a educación- con los cuales las sociedades han lidiado y padecido sus más grandes inequidades.
Es, de alguna forma, una bofetada al modelo capitalista que (perversamente, digo yo) ha incluido en sus premisas necesidades básicas como la educación y la salud. Así es que hoy dejo mi vestido de “grinch digital” y me quito el sombrero frente a ideas de vida online que, como ésta, dan acceso al conocimiento a todos. No es cualquier palabra: todos.
Aquí, entonces, las diez maravillas de los MOOC´s:
1. MILES DE PERSONAS. Sólo dimensionen que Coursera dicta cursos al mismo tiempo a 160 mil alumnos. Es un salón donde todos caben, adiós a los cupos limitados.
2. TODOS LOS LUGARES. Online, sin lugar y asimismo en tu lugar. Como dicen, hogar es donde uno esté, igual con la universidad. Ahí mismo, entre tu cama, en tu mesa, en el jardín, en el café.
3. PARA INQUIETOS. De lo que siempre quisimos saber, se acaban las barreras y la única restricción resulta ser la voluntad.
4. SIN DINERO. Se invisibilizan las brechas sociales y económicas, no importa si vives en una casa de paja, de bareque, de ladrillo, de mármol o imaginaria; vives y eso te hace candidato a la matrícula.
5. INFINITO. Diverso e inacabable en opciones de conocimiento: inglés, español, francés, italiano, chino, ciencias sociales, estadística, matemáticas, tecnología; todo. Y en Georgia Institute of Technology, University of Washington, Rice University, University of Edinburgh, University of Toronto, Ecole Polytechnique Federale de Lausanne, University of California at San Francisco, University of Illinois Urbana-Champaign y University of Virginia, entre otras instituciones, e incluso las nuestras: Universidad Nacional Autónoma de México y Tecnológico de Monterrey.
6. TRANSFORMADOR. Adiós a las cátedras, al profesor parado al frente, los tableros, las mesas, los esquemas convencionales. La educación encaja más en una actitud, en un ánimo de ser y saber.
7. TODAS LAS PERSONAS. Qué importa la edad, la religión, la raza.
8. COMPARTIR. Es un sistema altruista para compartir el conocimiento. ¡Hoy todos podemos saber!
9. CALIDAD DE VIDA. Saber más = pensar más = vivir mejor.
10. SIN FRONTERAS. Nos acerca con los que quizás nunca habríamos conocido, achica el mundo. De cada cual depende trascender la actividad robótica y ser consciente de que detrás de una computadora siempre hay alguien.