• En varios países, especialmente China, la demanda del consumidor por ciertos productos de tecnología se ha recuperado muy rápido

• Lo anterior es especialmente cierto en industrias como la automotriz, donde el país asiático es el mayor mercado internacional

• Por la escasez de suministros, es posible que algunas empresas de tecnología aumenten los precios que experimenta el público

Una de las industrias más importantes en todo el mundo es la venta de dispositivos y equipo electrónico directo al consumidor. Pero de acuerdo con Reuters, en 2021 podría haber una escasez global y e inter-sectorial de algunos de los productos más populares entre el público. Smart TVs, smartphones, computadoras, automóviles y otros equipos podrían no producirse en suficiente cantidad para 2021 para satisfacer la demanda. Hay una razón específica: chips.

Varios expertos de la industria aseguran que hay una escasez global de estos componentes, por varias razones. No solo las sanciones de Estados Unidos (EEUU) a Huawei ha reducido los ingresos, y por lo tanto la posibilidad productiva, de varios agentes que manufacturan chips. Un fuego en una fábrica de Japón, cuarentenas obligatorias en el sudeste asiático y un paro en Francia también han contribuido al reto. La víctima de todo esto sería el mismo consumidor.

Aparte hay un bajo nivel de inversión entre productores de chips, en especial entre las grandes firmas asiáticas, en la manufactura de ciertos componentes. Esto les ha impedido aumentar su capacidad de entrega para estar a la par con los productores de automóviles, smartphones y laptops compatibles con la tecnología 5G. Lo anterior podría provocar que el consumidor, a escala global, no pueda comprar ciertos equipos y dispositivos el primer trimestre de 2021.

Un problema que no solo afectaría al consumidor

Es curioso que 2021 se esté delineando para vivir una crisis del lado de la oferta, cuando a lo largo del 2020 el problema fue una caída en la demanda. De acuerdo con McKinsey, todavía para octubre pasado, los hábitos del consumidor reflejaba incertidumbre en la economía en el corto plazo. Si bien en algunas categorías clave el gasto de las personas se disparó, para la gran mayoría de las industrias se vio una reducción crucial en el presupuesto de las familias.

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La situación claramente está empezando a cambiar. De acuerdo con AlJazeera, este cambio es más notable en las naciones asiáticas, que en general han logrado controlar los rebrotes de la COVID-19. En varias industrias, el ritmo en las operaciones de manufactura de las fábricas está creciendo a niveles que no se habían visto en una década. Este cambio súbito se ha dado, en gran parte, porque la demanda del consumidor también está recuperándose rápido.

El problema es que la escasez de chips, y la posible falta de suministros para cumplir con la demanda del consumidor, podría alentar también la recuperación de las empresas. De acuerdo con agentes como Reuters, ya hay bajos niveles de confianza entre los compradores. En 2021, el público espera que ya haya una situación de compra más positiva que en 2020. Si aún hay problemas de suministro, podría reducir de nuevo esta confianza y ralentizar la recuperación.

Problemas de suministro más allá de los chips

Cabe destacar que no es la primera vez que se pone una alerta para el consumidor sobre un reto en las cadenas logísticas y de producción. En mayo, el presidente Donald Trump señaló que la crisis sanitaria había demostrado que no es recomendable que marcas en los Estados Unidos (EEUU) tengan operaciones en China. Lo anterior creó una situación en la que es un riesgo constante que los países rompan relaciones unos con otros en el largo plazo.

También se habló al inicio de la pandemia sobre problemas en la distribución y suministro de medicamentos. En febrero, se estimaba que una buena parte de los medicamentos que se necesitan para ciertas enfermedades graves en EEUU vienen exclusivamente de China. En su momento, las autoridades sanitarias se negaron a divulgar cuáles podrían estar en problemas por la pandemia en ese país. Esto, para evitar que médicos o el consumidor compraran más.