Donald Trump se ha convertido en uno de los personajes más importantes de este año, al colocarse como una referencia no solo política, sino mediática, estableciéndose como un elemento de gran impacto, para entender el alcance del día a día de las personalidades de gran influencia en el mundo.

Datos del Survey Sampling International proyectaron cómo evaluaron los estadounidenses las habilidades de Trump como presidente. La mayoría de ellos, el 32 por ciento, calificó de pobre su desempeño.

A pesar de las pésimas calificaciones que Trump ha obtenido, su capacidad como marca personal ha sido realmente trascendente, cuando analizamos el potencial que los contenidos y referencias comerciales asociados a él, han logrado en el mercado.

Una segunda cifra es poryectada por Gallup, en donde advierte que el porcentaje de aprobación del mandatario fue de 35 por ciento hasta octubre pasado, luego de que en enero de este año la percepción positiva de su trabajo fue de un 45 por ciento.

En medio de todo este fenómeno que se ha desatado en torno a la figura de Trump, una reciente campaña le agradece por la navidad. Se trata de un anuncio pautado por la organización America First Policies, en la que una niña agradece al mandatario por poder decir “feliz navidad”, de nueva cuenta.

El anunció forma parte de una campaña de un millón de dólares (según estimados proyectados por Pocono Record) con que se promueve el trabajo del mandatario y aparentemente se busca cambiar la percepción que existe sobre él, al apostar a una estrategia de marketing político que invierta en su imagen, pues se trata de una organización de los patrocinadores de la campaña de Trump.

El caso de Trump nos recuerda en marketing otros ejemplos como el de la familia Obama, una de las referencias más importantes en la historia contemporánea a nivel internacional.