Construir la reputación de un gobierno y de sus principales funcionarios es una tarea cada vez más compleja, en donde atacar la falta de confianza es un tema prioritario en la agenda,
De acuerdo con estimaciones presentadas en el estudio Edelman Trust Barometer 2016, en América Latina las entidades de gobierno y demás protagonistas del sector sólo son confiables para el 35 por ciento de la población. El fenómeno se repite a nivel mundial en la mayoría de las naciones. De hecho más del 60 por ciento de los países son catalogados como no confiables y no alcanzan el 50 por ciento de aprobación.
Lo anterior da claridad al desafiante terreno al que se enfrenta el marketing político, el cual crece en exigencia y complejidad cuando se suma a la ecuación que poder que los usuarios tienen para demandar y evidenciar los errores del gobierno gracias a las plataformas sociales.
Un ejemplo claro es la crisis de imagen a la que se enfrenta Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la ciudad de México, funcionario que es objeto de burlas y criticas en redes sociales por un supuesto intento de engaño a los asistentes de un evento.
Para llegar a un evento en los talleres del Sistema de Transporte Colectivo Metro en los Reyes La Paz, supuestamente, el funcionario aparentó haber llegado en un Ecotaxi con el fin de demostrar su compromiso con las iniciativas a favor de la calidad del aire. Sin embargo, tal y como denuncian desde redes sociales, Mancera habría llegado en un helicóptero que aterrizó a pocos metros del lugar del evento.
Llega en helicóptero… Pero 30 metros antes aborda un taxi ecologico… 😂😂😂que burla de verdad #LadyMancera pic.twitter.com/zvAdrYbjsw
— Cosmo (@cosmopolitan24) 1 de julio de 2016
#LadyMancera Eres un hipócrita, y así como la niña Ebrard, olvídate de que votemos por ti para algún cargo público. pic.twitter.com/a1X575NENr
— ROBERTO ORNELAS (@rbornery) 1 de julio de 2016
Un falso Jefe capitalino… engañó a todos de usar vehículo ecológico#LadyMancera contamina con helicoptero #CDMX pic.twitter.com/8kIxX1Aga8
— Carlos E. (@KivMx) 1 de julio de 2016
El supuesto momento, fue captado por algunos usuarios de redes sociales que no duraron en publicar el momento acompañado del hashtag #LadyMancera, etiqueta que hasta el momento suma más de 5 mil 750 menciones en Twitter.
Más allá de las críticas que el funcionario ha recibido en redes sociales, casos como este ponen en claro uno de los puntos más débiles del marketing político en México y América: la transparencia que demandan audiencias empoderadas, con un nivel de influencia único que tienen en sus manos las pautas para marcar el ritmo de la conversación con sus gobernantes.
De la misma manera que sucede con las marcas comerciales, la exigencia de transparencia y honestidad por parte de las audiencias es una exigencia constante que se incrementa gracias al poder que espacios como las redes sociales otorgan a los usuarios, razón por la cual, el marketing político debe motivar a las instituciones y personajes de gobierno a participar de con mayor transparencia a favor de ser parte de las dinámicas de comunicación con menos reservar respaldados por acciones incluyentes, coherentes y claras, que den forma a mejores prácticas en la materia.