Por Luis Miguel Martínez
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Al hablar de “streaming” y tratar de castellanizar el término, nos damos cuenta que la traducción literal no hace honor a las posibilidades de esta tecnología. Actualmente, los streams o transmisiones síncronas de audio o vídeo ofrecen al usuario la posibilidad de acceder a contenidos que estaban limitados al alcance de las ondas electromagnéticas /* pura proporción al inverso del cuadrado de la distancia */.
Netflix llegó a México y si bien no cambiará el mercado de las películas de compra / renta en el corto plazo, ofrece una plataforma tecnológica madura –cuya velocidad sorprende – pero cuyo contenido no satisface. En estos tiempos de “amor postmoderno en la red”, cuando no cesamos de hablar de cultura 2.0, vale la pena recordar que la reina es la red y el rey el contenido. Sin éste no hay experiencia a mercadearse y sólo queda aburrimiento.
Los primeros streams (que incluso ni se llamaron así) eran experimentos percursores de la televisión digital y que buscaban transmitir una señal de vídeo a través de la Internet, con todas sus limitaciones (ancho de banda, paquetización, colisiones y todos los términos que se oyen en diario trajín del “site”). La pregunta técnica es muy simple ¿cómo aprovechar un canal de alta velocidad para llevar una señal síncrona de vídeo o audio a un cliente lento conectado a una infraestructura conmutada sin que este perciba problemas de calidad y pérdida de secuencia? Y la respuesta podría ser muy simple: protocolo.
Asi, durante años se han perfeccionado los protocolos que responden a las necesidades de compresión y calidad de señales de audio y video. Producto de estas investigaciones son los formatos MP3 y MP4. Al avanzar las matemáticas aplicadas que dan forma al protocolo y a los formatos de compresión, comienza el desarrollo de hardware y una vez que se populariza nos encontramos en la posibilidad de producir contenido. Igualmente, de modo profesional y ahora amateur.
Sin lugar a duda, uno de los grandes avances de la tecnología con alto impacto social es la posibilidad de “streamear”. Primero con una webcam fue posible hacer videochat en plataformas como ICQ y continuar con otras plataformas para voz (ahora imagen) sobre IP como Skype. Asi la conexión fue uno a uno ó punto a punto, tete a tete. Hasta que se desarrolló la posibilidad de hacer broadcasting y lifecasting. Tan importante como el siguiente paso para poder realizar videoconferencias. Mientras tanto, la TV se digitalizaba y los “amateurs” buscaban la posibilidad de emitir TV emulando el broadcasting. Sin embargo, la paquetización en Internet y la posibilidad de rutas alternas y hasta la neutralidad de la red, complican el escenario del uno a muchos, el del multicasting.
De aquí lo notable de Netflix, los problemas con la “reina” parecen estar resueltos. Es sorprendente la consistencia de la velocidad de bajada y la calidad HD que se recibe sin baches. Tendremos que esperar a que haya una versión apta para iPad y ATV. Después de 12 películas en tres días de prueba de Netflix (región 4) o como dirían en Twitter “Galavisión de Internet”. Pude comprobar si los 99 pesos que costará el servicio arrojan una buena relación costo-beneficio El contenido es clásico, tanto como la política habitual de los productos y servicios originados en el norte de Norteamérica cuando son llevados al sur del Rio Bravo. Recordemos las hamburguesas de McDonald’s, las pizzas de Domino’s y las tiendas Woolworth’s.
En eso, Netflix Mexico no es muy diferente. Eso si, podrán ver a Cantinflas digitalizado pero tendrán que soportar una versión castellanizada de Apollo XIII. Pese a que parece que al inicio el mercado de los usuarios adultos no estará satisfecho y seguirán visitando asiduamente Blockbuster, recurriendo a la piratería o desafiando a los uber-reguladores con peer-to-peer y consumiendo torrents. Depende del contenido que busquen y la urgencia en tenerlo. Sin embargo, los niños serán grandes consumidores de Netflix a un precio mucho más competitivo que lo que les ofrece Blockbuster y con la magia de ¿Y todas esas películas cómo llegaron a mi Wii?
¡No te desconectes! y prepárate a vivir a la velocidad del stream en todos tus dipositivos.
