México, D.F.- El hecho de que hay una edad en la que uno “ya está para olvidar” ya no es válido, prueba de esto es que según investigaciones de Millward Brown, en la clase media había un buen porcentaje de grey market que iniciaba cursos relacionados con internet, por lo que no se destaca que este medio también funcione para aproximarse a ellos. “El adulto mayor ya tiene una afición por la tecnología, una profesión, domina otros idiomas y no están cerrados a aprender”, opina Antonio Tiscareño, socio fundador Corporativo de medios y Exposiciones (COMEXPOMEX).
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Si se toma en cuenta que se trata de una generación que ha vivido desde el primer teléfono fijo hasta los smartphones, se entiende que les interesen los avances tecnológicos, que aunque son adquiridos por la mayoría de los baby boomers, según Carlos García, director business solutions and consumer insights de MTV Networks Latin America, son pocos los pertenecientes a este segmento que realmente explotan el potencial de estos aparatos. ”La tecnología es un referente de estatus. A diferencia de su generación posterior se consideran sus amantes; sin embargo, para algunos, más que ser una herramienta que soluciona tareas, es un medio de entretenimiento para pasar el tiempo”, aclara.
Por su parte, Adelina Vaca, analista en el área de Insight Knowledge Center (IKC) en de la Riva Group, considera que al haber experimentado a la tecnología como progreso, hace que estos sean más positivos con respecto a adaptarla a su vida cotidiana. “Vivieron avances que mejoraron el nivel de vida de los mexicanos, desde la esperanza de vida hasta el control de enfermedades que antes eran epidemias mortales y ahora están prácticamente desaparecidas. Al imaginar a uno de ellos ver la llegada del hombre a la luna por la televisión cuando era niño se entiende que les tocó ver evoluciones que traían consigo muchos sueños y esperanzas de mejoras en la vida de la sociedad”, expresa, aunque también reconoce que en cuanto a la adopción de nuevos gadgets, existen dos perfiles: quienes los ven como un reto y los apropian y quienes los perciben como aparatos valiosos sin una utilidad práctica definida y los dejan de lado.
