Si algo ha cambiado en las últimas dos décadas en el mundo son los estudiantes universitarios, profesores y todo el sistema educativo. Por tanto, las universidades deben preguntarse si la institución se ha quedado atrás a nivel tecnológico, qué lugar le han dado a la tecnología y en qué parte de la estrategia al puesto al que debería ser el centro de la atención: el estudiante.
La transformación digital en las universidades va desde la estrategia organizacional hasta las nuevas tecnologías, pasando por la educación misma, además de competencias profesionales. Empero, el modelo enseñanza-aprendizaje ha cambiado, de manera radical, desde hace al menos 25 años, fecha que coincide con el despegue de Internet. Por ello, podemos afirmar que la tecnología ha sido el motor de esa transformación.
Insisto, la tecnología está inmersa a lo largo y ancho de la universidad y puede observarse desde los procesos de admisión, registro y administración, matriculación en línea, conectividad inalámbrica en los campus universitarios, el acceso a contenidos, recursos digitales, campus virtuales y el uso de la tecnología en las aulas presenciales.
No todas las universidades han evolucionado igual
La cuestión importante que debemos subrayar es que no todas las universidades han evolucionado de igual manera, ni todas tienen el mismo nivel de integración y práctica de nuevas tecnologías. Pero la transformación digital de las universidades es mucho más que la adopción de tecnología en sus diferentes formas.
En este marco, como es de todos sabido, tanto los millennials como la Generación Z han crecido rodeados de tecnología, por lo cual cabe esperar que estos nativos digitales tengan grandes expectativas respecto a su uso en el día a día de la vida universitaria.
La movilidad del estudiante y el uso de dispositivos como portátiles, tabletas y smartphones ha originado cambios en la configuración física tanto de aulas como de bibliotecas, evolución impulsada igualmente por la tecnología. Firmas como D2L han dicho “que los servicios digitales universitarios son diseñados para ser consumidos en movilidad y con una percepción de inmediatez desde el estudiante”.
Innovadoras modalidades de estudio
Así, tecnologías como Data Analytics e Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) aplicadas a los entornos de educación son integradas en las plataformas soporte de los campus virtuales, con el fin de mejorar de manera continua el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Hoy en día existen modalidades de estudio innovadoras que ponen al estudiante en el centro de la experiencia de aprendizaje, desde las que son 100% en línea hasta las que son muestra de la enseñanza híbrida (modalidad de enseñanza que combina las clases presenciales con el aprendizaje en línea), además de las basadas en competencias o enseñanza adaptativa.
Ampliar la cobertura educativa sin demeritar la calidad
En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hemos incorporado al Sistema de Educación Abierta (donde los alumnos solo asisten los sábados) la educación a distancia (donde profesor y alumno jamás se ven las caras y toda la interacción es 100% en línea) al menos desde hace 15 años y hoy en día es la respuesta idónea a la gran demanda de estudiantes. Es cierto que aún así la UNAM no puede dar cabida a todos y tampoco es su papel, pero sí ha podido ampliar su cobertura educativa sin demeritar en nada la calidad de la educación y con un costo relativamente bajo.
Todas ellas se distinguen por su gran flexibilidad y capacidad para eliminar barreras espacio-temporales, agilidad, rapidez para resolver dudas, posibilidades para acceder a los tutores sin necesidad de desplazamientos, acceso a los recursos que aumentan la participación, colaboración e involucramiento del alumno (además del reflejo de esta actitud en los resultados), aunado a las facilidades para acceder a información y generar sinergias entre otros alumnos y proyectos educativos a través de la red.
La tecnología, piedra angular
Por todo lo antes expuesto, la tecnología se ha hecho indispensable en la docencia universitaria, pero el contexto de la transformación digital la ha convertido en la piedra angular para que estas instituciones cumplan 100% con su misión, que es generar nuevas habilidades en los jóvenes que deberán tener para competir de mejor manera en el nuevo entorno laboral del siglo XXI.
El cuerpo universitario de docentes y todo el personal al servicio de estas instituciones se ven directamente afectados por la necesidad de disponer de un nivel de competencias elevado en entornos digitales. Se requieren nuevos modelos de relación con el estudiante, servicios y plataformas digitales, desarrollo de nuevas competencias para estos entornos digitales, pero con estructuras de organización flexibles.
Sin embargo, no será viable un proceso de transformación digital sin un proceso de transformación organizativo que adecúe los siempre limitados recursos disponibles a los
entornos y actividades de mayor valor e impacto en la institución universitaria.
¿Cuál será el futuro laboral de los estudiantes?
Aunque la transformación digital viene provocada por las tecnologías digitales no se puede hablar solo de tecnología. La estrategia es la que debe dirigir la transformación digital. Las universidades deben evaluar las necesidades de los estudiantes y cómo será su futuro laboral. Este concepto de transformación digital será clave y necesario para mantener unos niveles de competitividad relevantes.
Para concluir, las universidades deben preguntarse en qué situación se encuentran hoy por hoy en cuanto a la transformación digital y qué pasos deben seguir para actualizarse. Ahora, docentes, alumnos e investigadores incorporan en su cultura digital nuevos métodos de comunicación incrementados por el desarrollo tecnológico, aunque todavía existe una gran deuda en términos de cultura, procesos y renovación tecnológica en planes a corto plazo, pero siempre viendo hacia el futuro. Al tiempo.