Internacional.- La Compañía Nacional de Audio (o NAC por sus siglas en inglés) sobrevive en medio de un mercado donde el streaming está desplazando a los soportes físicos. Mientras haya clientes, hay negocio.
No es una startup, eso es evidente. También está claro que no se trata de una novedosa IT que podría ser comprada por Google o Facebook. Sin embargo, en plena era del streaming de música, una fábrica de Missouri, en los Estados Unidos, fabrica y vende cassettes; y le va bien, muy bien.
Las claves para producir más de 10 millones de unidades por año (cada vez más, reconocen) parecen ser dos: la vuelta de los “vintage” y la ausencia de competencia. El sueño de todo empresario: que los clientes quieran tu producto y ser prácticamente el único que los hace. En realidad, hay otras empresas pequeñas, pero no llegan a más de 5 mil cassettes anuales.
Se trata de la National Audio Company, la que es considerada como la última gran fábrica de cassettes del mundo, que bajo el comando de Steve Stepp, su propietario (hijo del quien la fundó en 1969), nunca dejó de fabricarlos, aún cuando desde los años 90 los otros grandes del mercado fueron abandonando el negocio para pasarse a hacer CDs. Stepp no dejó de producir cassettes nunca. Y parece que este innovador “al revés” tenía razón. Supo ver que había un nicho para su negocio. Que era pequeño, pero sin los gigantes como TDK o Philips invirtiendo fortunas, no sería imposible.
Según El País, “en 2015, NAC facturó 5 millones de dólares por la venta de cassettes grabados y vírgenes; de los cuales el 70% proviene de acuerdos con bandas independientes, sellos y compañías, como Universal y Sony”.
“Nuestro modelo operativo se puede caracterizar como terquedad y estupidez. Éramos demasiado tercos para dejarlo”, explicó Stepp a Bloomberg.
En los últimos años tuvo un par de éxitos. Editó en cassettes la banda sonora de Guardianes de la Galaxia (2014), que vendió 15 mil copias e incluye las canciones de los años 70 que escucha el protagonista Star Lord en su walkman. Y en 2015 reeditó el demo No Life ‘Til Leather (1982), de Metallica.