El lunes se dio a conocer que Uber llegó a un acuerdo para adquirir a Postmates en una operación que ascenderá a los 2 mil 650 millones de dólares, un movimiento anhelado que no solo le permitirá reforzar su división de delivery, sino que trajo consigo un beneficio secundario.
La operación llamó la atención de los medios y los mercados debido a que la tecnológica con base en San Francisco, California estaba en busca de hacer crecer a Eats, pero tras caerse las negociaciones con GrubHub y ser superado por la británica Just Eat Takeaway, todo parecía indicar que sus opciones se limitaban.
Los inversores no deben distraerse de un punto importante
Tras la fallida misión por hacerse de GrubHub, se habló de la posibilidad de que Uber pudiera optar por adquirir a Postmates, ya que por un lado podría impulsar su negocio de Uber Eats, mientras que para la app de delivery podría ser una opción ideal para rescatar a la compañía pues, aunque en su irrupción fue una idea innovadora, ha sido alcanzada y superada en market share por otras firmas más grandes como DoorDash.
Esto concluyó felizmente para ambas compañías, pues el lunes se informó que la compañía dirigida por Dara Khosrowshahi comprará la empresa de reparto en un acuerdo cifrado en 2 mil 650 millones de dólares, un movimiento muchos ven com un complemento ideal para su servicio de entrega de comida.
De hecho, el movimiento ya tuvo su efecto en los mercados bursátiles, pues las acciones de Uber en el índice NYSE de la bolsa de Nueva York, cerraron con una ganancia de 6.03 por ciento, para alcanzar un precio de 32. 52 dólares, y un valor de capitalización estimado en 56 mil 390 millones de dólares.
Sin embargo, un reporte de la CNBC advierte que la compra de Postmates no debería distraer a los inversores del principal problema que enfrenta Uber: la dramática caída del negocio de viajes compartidos.
Una empresa difícil
Recordemos que la propia tecnológica reconoció que los servicios de auto llegaron a caer alrededor del 80 por ciento en los peores momentos de la emergencia derivada por el coronavirus, en cambio, se destacó el comportamiento de Uber Eats creció un 54 por ciento.
Si bien esto parece ser una buena cifra, la realidad es que, aún cuando el negocio de delivery creció en el primer trimestre y el negocio de viajes se desaceleró estrepitosamente, desde la CNBC señalan que Eats todavía representaba menos de un tercio del total de reservas brutas y viajes representaban el 69 por ciento.
Esto quiere decir que aunque la división de negocio de entrega de alimentos pueda reforzarse substancialmente en Estados Unidos, realmente no representa gran impacto en otros mercados y, peor aún, su principal división de negocios aún queda debilitada.
“Nuestra opinión es que la exposición subestimada de la calle a los viajes diarios y el hecho de que los trabajadores en los mercados clave no volverán pronto”, señala Jake Fuller de BTIG, en una nota referida por el medio estadounidense.
Aunque muchos países comienzan a entrar a la ‘nueva normalidad’, se siguen reportando nuevos casos y, en algunas ciudades, incluso se habla de ‘rebrotes de COVID-19’, lo que impacto en la confianza de los usuarios.