Según fuentes cercanas al caso y a las que hace referencia la agencia Reuters, hay pocas expectativas de llegar a acuerdo en las próximas semanas en el caso que implica al buscador y al ente regulador de la Unión Europea (UE), lo que llevaría a la aplicación de su primera sanción antimonopolio durante 2016.
Los informantes comentan que, difícilmente los incentivos que quedan pueda ayudar a resolver esta disputa iniciada hace seis años y que podría ser muy significativa a la hora de garantizar la diversidad en la red, cuando se buscan servicios de hotel, vuelos o de otro tipo, toda vez que se acusa a Google de favorecer si propio sistema de compras. Además, se le ha sumado el mes pasado la acusación (también por parte de la UE), sobre el uso de posición dominante de su sistema operativo para móviles Android con la finalidad de aplastar a sus rivales.
La tecnológica hasta ahora, no da señales de ceder en su posición a pesar del tiempo transcurrido, por lo que todo hace presagiar que la multa finalmente será impuesta, incluso a pesar de tres importantes intentos por negociar un acuerdo entre las partes, desde que comenzara el proceso en 2010.
Y como Google no tiene intención de cambiar, a menos que se produzca cambio en Bruselas, lo que es prácticamente imposible, según lo expresado por la comisaria de Competencia Margrethe Vestager, (quien dirige el equipo que investiga el caso del buscador), pues hay poca intención de pactar a menos que se admitan las malas prácticas o se imponga la multa a Google, que podría alcanzar la cifra de 6.450 millones de euros, un monto jamás impuesto hasta ahora por la UE.