Con la era digital en franca expansión, nunca ha sido más conveniente para las instituciones abrir las puertas para mostrar su forma de pensar y comportarse. La expectativa de una mayor transparencia es simplemente una consecuencia de la exigencia de los empleados y otros públicos externos que demandan responsabilidad y confiabilidad.
Pero a pesar de los progresos y buenas intenciones, las organizaciones de hoy deben hacer un mejor esfuerzo hacia una mayor transparencia, pues en ciertos segmentos parece que no tienen prisa o solo están simulando incorporándolo a sus políticas o valores corporativos. Hay que entender que, cuando todos pueden ver la misma información que ven los directivos, es entonces cuando se desarrolla la confianza y la lealtad, ambas vitales para el éxito a largo plazo.
La transparencia en la organización puede dar integridad, responsabilidad, claridad y confianza. Desafortunadamente, los directivos se encuentran en un dilema entre brindar toda la verdad y ocultar ciertas realidades. Por un lado, la transparencia crea un flujo de información que eventualmente genera confianza y mejora el trabajo en equipo. Por otro lado, no todos pueden tener la misma perspectiva sobre una información.
La retención de realidades, muchas veces se utiliza para evitar asustar innecesariamente a las personas o perder a los mejores talentos. Cómo decidir entonces si se debe o no inculcar una cultura de transparencia de la información. Existen algunos desafíos que vienen junto con proporcionar acceso abierto a la información He aquí algunos de los pros y los contras de la transparencia:
- Considerar el riesgo de que la información pueda ser distorsionada, malinterpretada o tergiversada
- Reconocer que ser transparente puede requerir más tiempo y recursos e incluso ralentizar los procesos organizacionales
- Estar consciente de que las organizaciones que practican la transparencia total pueden estar expuestas a ataques o vulnerables ante aquellos grupos que se sienten subrepresentados o alienados.
- Aceptar que puede ser difícil aprender a equilibrar la transparencia manteniendo la privacidad de cierta información, como secretos comerciales, de competencia u otra información exclusiva.
En contraparte, la transparencia organizacional conduce a un ambiente de trabajo más satisfactorio y próspero. El acceso abierto a la información crea confianza y genera lealtad entre las partes interesadas, los empleados y el público en general.
Priorizar la transparencia y la integridad conducen al crecimiento porque los clientes y el personal ven que pueden confiar en la empresa. La confianza del cliente ayudará a hacer crecer el negocio, mientras que también puede generar empleados más comprometidos, productivos y activos. Reguladores, autoridades, asociaciones gremiales, profesionales, sociales, así como la academia y la comunidad, la verán con buenos ojos.
La tecnología nos ha brindado las herramientas para hacer que la transparencia organizacional sea fácil y conveniente, tanto para la pequeña empresa como para los grandes corporativos. Y a medida que los consumidores exijan una mayor responsabilidad, las organizaciones que decidan buscar la transparencia serán recompensadas.
La transparencia organizacional llegó para quedarse. De hecho, algunos argumentan que es la nueva ventaja competitiva. Si bien una cultura corporativa transparente puede brindar resultados poderosos, no es una panacea para todas las organizaciones. Considere los pros y los contras de traer más transparencia a su lugar de trabajo antes de tomar medidas.