El mundo laboral es un entramado de relaciones basadas en la confianza. Empleadores y empleados, proveedores y clientes, todos interactuamos bajo el supuesto de que las promesas se cumplirƔn y los acuerdos se respetarƔn. Sin embargo, esta confianza, tan frƔgil y valiosa, a menudo se ve traicionada. Una de las formas mƔs comunes de abuso de confianza en el Ɣmbito laboral es la falta de pago por parte de los clientes.
En mi experiencia personal, de mĆ”s de 30 aƱos en los medios de comunicación nacionales y extranjeros, ya me ha tocado en varias ocasiones. Hace muchos aƱos me tocó dar noticias de tecnologĆa para un programa llamado Password para un conocido canal de televisión. DespuĆ©s de un aƱo de emisiones los productores nos dijeron que solo podĆan pagarnos una pequeƱa parte del trabajo realizado. Luego del enojo por tal noticia y maltrato, los reporteros de ese programa, hoy editores en medios varios, bromeĆ”bamos diciendo que habĆa sido un segundo Ā«servicio socialĀ».
No quiero aburrir con estas historias, pero sà me ha ocurrido, tanto en colaboraciones ocasionales de las que nunca recibà retornos, como en proyectos varios y emprendimientos propios. Montos mÔs, montos menos, pero es una prÔctica recurrente, sobre todo en esta Ôrea donde trabajo desde siempre, la de la comunicación, editorial, periodismo, generación de contenidos.
«Te pago con libros»
Hace unos aƱos, en 2017, un economista venido a periodista, LEM, amigo de un gran amigo, me invitó a editar y hacer entrevistas para un libro que estaba haciendo para uno de los grupos editoriales mĆ”s famosos. Era un libro sobre una industria pujante, una gran marca y de inmediato aceptĆ© el acuerdo de palabra. Pero una vez que el libro se publicó, esta persona me dijo que no tenĆa cómo pagarme el monto acordado, con el argumento que no habĆa cobrado lo que habĆa pensado, y decidió solo pagarme la mitad. El resto querĆa cubrirlo con libros, lo cual por supuesto no aceptĆ©. Lo que no me esperaba es que querer cobrar el adeudo significó que Ć©l me retirara la palabra. A la fecha nunca mĆ”s he vuelto a saber de su mala persona.
Lo cierto es que cuando un cliente no cumple con sus obligaciones de pago, estÔ cometiendo una grave infracción que va mÔs allÔ de lo meramente económico. EstÔ vulnerando la confianza establecida, generando incertidumbre y poniendo en riesgo la estabilidad de empresas y trabajadores.
Pagos extendidos
Como dije antes, dicha situación, lejos de ser un hecho aislado, se ha convertido en un problema recurrente en muchos sectores, especialmente en aquellos donde las relaciones comerciales se
basan en plazos de pago extendidos.
Las consecuencias de la falta de pago son múltiples y devastadoras. En primer lugar, afecta directamente a la liquidez de las empresas, dificultando el pago a proveedores, salarios y otros gastos operativos. En segundo lugar, genera un clima de inseguridad y desconfianza que puede minar la moral de los empleados y afectar las relaciones con otros clientes. En tercer lugar, puede llevar a la quiebra de pequeñas y medianas empresas, con el consiguiente impacto social y económico.
¿Por qué ocurre esto?
Existen diversas razones por las cuales los clientes pueden retrasar o negarse a pagar. Entre las mÔs comunes se encuentran los problemas financieros, los desacuerdos comerciales y, la peor, la intención de aprovecharse de la situación, como en un caso que me sucedió recientemente.
Una persona que aprecio y que conozco desde hace muchos ayeres, con quien he trabajado en el pasado y con quien tengo muchos amigos en común, me ofreció corregir y editar los textos de una revista recién lanzada de sustentabilidad y responsabilidad social empresarial que decidió emprender junto a una socia, de nombre EO, publirrelacionista y también periodista, según entiendo.
Alianzas por un MƩxico responsable
Esa persona, BES, quien me ofreció editar su nueva revista, habĆa trabajado en conocidas revistas de negocios. En mi opinión era una persona de todas las confianzas. Este medio era bimestral y aceptĆ© la responsabilidad a mitad del aƱo 2023. La revista se llamaba, paradójicamente con lo que me ha ocurrido a mĆ con este proyecto, āAlianzas por un MĆ©xico Responsableā.
Por cuestiones comerciales, a finales del aƱo pasado, despuĆ©s de tres revistas editadas, dicha persona me avisó que ya no la seguirĆa publicando, dado que ella y su socia habĆan decidido esto, porque dicho medio estaba ocasionando mĆ”s gastos que ganancias.
La cantidad acordada
En el mismo tenor, me dijo que me irĆa pagando poco a poco la cantidad acordada. Sin embargo, de inicio, me comentó que no me pagarĆa el total de las tres revistas, sino solo dos, porque no
tenĆa solvencia para asumir todo el adeudo. Quien esto escribe, tanto por la supuesta Ā«amistadĀ» como para tratar de ser empĆ”tico, lo aceptó, pero se le solicitó que se pagara cuanto antes ese monto, lo cual fue haciendo poco a poco.
Sin embargo, luego de varios meses, cuando hubo pagado solo una de las dos revistas, me dijo que el monto de la otra revista me lo pagarĆa la otra socia, EO, a quien yo ni siquiera conozco, ante lo cual le respondĆ que no, porque el trato habĆa sido con ella y que yo no conocĆa ni tenĆa contacto con la otra persona.
Unos mƔs iguales que otros
Dado lo anterior, estoy convencido de que el trabajo de los editores no se valora y no solo eso, sino que ahora, y no porque no lo merezcan, se aprecian mĆ”s otros trabajos relacionados, como el de los diseƱadores, pues a la persona que hacĆa esta labor se le pagó completo, pero a quien esto escribe no.
«Cuentas claras hacen amistades largas»
Para que este tipo de situaciones no ocurran mÔs, debemos ser claros desde el principio, independientemente de las amistades. Es prioritario hacer un contrato donde se acuerden el monto total por el pago realizado y las fechas de pago, porque esto es bÔsico para que todo se mantenga en su justa dimensión y no se caiga en situaciones desagradables para todos, donde incluso uno termina enemistÔndose con otros. Bien dice el dicho: «Cuentas claras hacen amistades largas».