Inglaterra.- Parte del mundo occidental espera con curiosidad y emoción la llegada del heredero de William y Kate, de Inglaterra. Para el resto es sólo un acontecimiento más que concierne a una monarquía que le resulta más bien lejana. Sin embargo, una campaña puede unificar el sentimiento de un grupo mucho mayor: el de madres y padres.
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Puedes ser hombre o mujer, joven o viejo y hasta puede que hayas declarado que no te gustan los bebés. Sin embargo, a la hora de ver recién nacidos, quizás por su indefensión, surge un sentimiento de ternura innegable. Sí, la ternura es una emoción mágica en publicidad. Es el “ahh” de las películas de Schrek, es el “awww” de las redes sociales, esa expresión que sólo nace y es de todos, digas lo que digas.
P & G UK con su producto Pampers, se sube al vagón del bebé real con un comercial tierno y asertivo. Y no es necesario hacer un esfuerzo para conmover a alguien, porque todos los que somos madres o padres nos sentimos identificados con la simple frase utilizada por Saatchi & Saatchi UK “Cada bebé es un pequeño príncipe o una princesa, no importa cómo se llame” (esto último con respecto a la especulación de cómo se llamará el primogénito de la pareja real)
Amor, sueño y juegos – el slogan de los pañales- es lo que desea la empresa a los que van a llegar. El mensaje finaliza con el “Twitea tus buenos deseos con el hashtag #BabyBlanket “, lo que está dirigido obviamente a todos los nacimientos.
Sin duda, la ternura es un recurso mágico.