Internacional.- Mientras algunas creencias han sacado provecho de las nuevas tecnologías y mediante cuentas de sus líderes u organizaciones buscan acercarse a sus fieles y a nuevos creyentes, otras han encontrado en las redes sociales a un enemigo de la misma magnitud que un demonio.
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Tal es el caso de países como Irán que recientemente sentenció a ocho jóvenes que publicaron en las redes sociales mensajes en los que criticaban al líder supremo, el Ayatola Alí Khameni, que en conjunto recibieron una sentencia de 123 años.
Esta semana se dio a conocer otro caso, esta vez en Turquía, donde un tribunal sentenció a 15 meses de cárcel a un profesor, por el delito de blasfemia, ya que lo acusaron de posterar mensajes en Twitter religiosamente ofensivos, ya que insultó los valores islámicos.
Turquía ha sido uno de los países que más han buscado censurar los medios digitales, el gobierno ya había prohibido Twitter y YouTube, para evitar ataques contra el primer ministro Recep Tayyip, pero un tribunal consideró que eso violatorio a los derechos de los ciudadanos y revirtió la decisión.
En tanto, otras religiones han encontrado en las redes sociales una manera de promover su filosofía, diversas cuentas organizaciones cristianas interactúan en estos canales, o bien el caso de El Vaticano, que con la cuenta de Pontifex, difunde las actividades y mensajes del papa Francisco.
Defensores de la libertad de expresión han criticado duramente a los regimenes de las naciones musulmanas, por censurar a sus ciudadanos y castigar a quienes no coinciden en pensamiento con ellos.