A pesar de que la tecnología y la educación estuvieron peleadas durante años, pues no existía una motivación para integrar las herramientas digitales a los procesos de aprendizaje, la pandemia obligó a esta tan necesaria complementación.
Antes, la imprenta y después la fotografía ya daban una posibilidad de comprensión que enriquecía el aprendizaje. Ahora hay videos, aplicaciones de realidad virtual y un sinfín de herramientas que complementan este proceso, dice Fernando Guarneros Olmos en una nota publicada por Expansión. Pregunta si los nuevos recursos constituyen apoyos u obstáculos en el proceso educativo.
Al respecto, el maestro Fernando Escobar Zúñiga, académico perteneciente al Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática del ITESO, dice que “la tecnología tiene cosas importantes que aportar a la educación, porque ayuda a que estos enfoques sean instrumentados de manera correcta”. Añade que el sujeto debe estar lo suficientemente capacitado para detectar la información pertinente y verídica, y, por supuesto, saber qué hacer luego de haber obtenido la información; por otro lado, la tecnología permite experimentar cosas que sin ella sería imposible, por lo que constituye un medio para la comprensión integral de fenómenos o conceptos que antes sólo eran susceptibles de comprenderse desde una perspectiva de lejanía. El académico hace hincapié en que para que la tecnología resulte significativa en el aprendizaje de los niños, debe estar respaldada por un proyecto educativo que la ubique como parte de un proceso enriquecedor para el sujeto y para el proceso mismo. “Si no existen estos elementos, lo que va a producir es empobrecimiento de la educación”, señala.
La tecnología facilita la interacción y la conectividad con otras personas, lo cual enriquece la experiencia del alumno y promueve el proceso de aprendizaje. “La tecnología ofrece la facilidad de trabajar con otros sujetos, de encontrar perspectivas verdaderamente diferentes que ya no se circunscriben al sujeto de la banca de al lado. Quien se ha criado culturalmente en un entorno similar al mío, es más probable que tenga perspectivas parecidas”, señala Escobar Zúñiga, y añade que esta cercanía puede acotar el aprendizaje significativo que el alumno pueda tener.
Anthony Salcito, presidente de Educación en Microsoft, destaca que “necesitamos ser más propositivos en torno a cómo usamos la tecnología para la educación, pues a través de ella los estudiantes se mantienen conectados; pero también deben aprovecharla durante el tiempo cara a cara, complementar los proyectos físicos con la tecnología”.
Explica Salcito que la influencia de la tecnología no impactará únicamente en el horario de clases, pues con estos recursos también es posible entender cómo aprende cada uno de los alumnos y revisar detalladamente los progresos que logran. Señala que a pesar de los temores, los profesores también han evolucionado en su adopción de la tecnología. “La educación digital mostró el valor real de los maestros”, dijo el responsable de los esfuerzos del gigante tecnológico por implementar iniciativas donde la tecnología juegue un papel central en los procesos de aprendizaje, con el fin de que los estudiantes adquieran habilidades y así logren marcar diferencia en la economía del futuro. En su perfil de Twitter afirma que “los docentes son mis héroes”, y destaca que estos se han tenido que enfrentar a procesos de digitalización a una gran velocidad durante el último año.
A pesar de que el regreso a la normalidad aún no es cercano, el especialista dice haber sido testigo de una evolución en el aprendizaje de los alumnos. “En el inicio de la pandemia fue algo complejo de adoptar, porque los estudiantes sólo se mantenían frente a la pantalla, pero con el tiempo los maestros implementaron dinámicas para que los estudiantes jugaran, exploraran, trabajaran de manera independiente y después mostraran sus descubrimientos y así es como la escuela está evolucionando”, agrega.
“Es una gran oportunidad para los educadores de llevar la innovación al campo de la educación. Cada estudiante aprende de manera diferente, a partir de distintas motivaciones, con diversos niveles de presiones en casa y las herramientas pueden permitirles tener un papel más profundo en la relación con sus estudiantes”, puntualiza.
En lo que respecta a la relación de la tecnología con los infantes, tanto en el ámbito familiar como en el escolar, la frase “nada con exceso, todo con medida” recobra significado. Quitar todo estímulo tecnológico en el salón de clases, que es uno de los lugares donde más tiempo pasan, y donde además pueden estar supervisados, podría perjudicar su adaptabilidad al entorno y convertirlos en analfabetas tecnológicos.
El hecho es que la tecnología, ya sea en forma de gadgets como computadoras, tablets o celulares, o pensada como internet y la conectividad que conlleva, se infiltra cada vez más en las aulas de todos los niveles educativos, a veces a pesar de la renuencia de directivos y profesores, y otras tantas con todo su apoyo.