El mapa electoral de México muestra un escenario complicado de cara a los sufragios de 2018, en los cuales se elegirá presidente, se renovará el Congreso (diputados y senadores) y los gobernadores en ocho estados.
La cantidad de aspirantes —por la vía partidista, en coalición o independiente— muestra una clara segmentación en la preferencia del voto que, de acuerdo con encuestas publicadas por medios de comunicación, le darían la victoria a un candidato con un 30 por ciento y en otros casos con un margen cercano al 20 por ciento.
Entre el 16 y el 18 de octubre, medios como El Financiero, El Universal y SDPNoticias, dan la victoria al candidato y líder del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador con el 34 por ciento, 17 por ciento y el 30.8 por ciento, respectivamente.
Otro dato que resalta estas métricas, es la preferencia del voto con la que cuentan los candidatos independientes, superior al 10 por ciento y que si lo empatamos con el padrón electoral registrado ante el INE (85 millones de personas), representa 8 millones y medio de votantes.
Sin embargo, estas estimaciones vuelven a poner sobre la mesa de debate las ventajas y desventajas que tendría establecer la segunda vuelta electoral en México.
La modalidad más utilizada de segunda vuelta es la de mayoría. En ella se establece que si ningún candidato obtiene más del 50 por ciento de los votos en la primera ronda, entonces los dos más votados pasen a la segunda vuelta, para definir al ganador, ya con cualquier porcentaje.
En países como Argentina, en la elección presidencial, además se establece que haya segunda vuelta si la diferencia entre los dos punteros en la primera ronda es menor de 10 por ciento.
Desde 2012, en México han sido presentadas en el Congreso al menos 14 iniciativas para implementar la segunda vuelta electoral en la elección presidencial, de gobernadores y alcaldes, sin que hayan fructificado.
Uno de los resultados obtenidos bajo esa regla fue en Francia, que le dio la victoria a Emmanuel Macron, quien había llegado por primera vez a unas elecciones y lo hizo sin partido político, y le ganó Marine Le Pen, la política de ultraderecha que reformó la imagen del Frente Nacional.
Macron llegó con el 23.75 por ciento de los votos en la primera vuelta, en la que Le Pen se hizo con el 21.53 por ciento. Mientras que los resultados finales fueron de un 66 por ciento contra el 34 por ciento, dejando así a Macron como presidente electo de Francia.
¿Por qué no es viable la segunda vuelta?
Un estudio del Instituto Belisario Domínguez señala que implementar una segunda vuelta electoral implicaría aumentar el gasto en las elecciones, y aumentaría la carga operativa del INE, o de los institutos electorales locales, si buscara aplicarse en la elección de gobernador.
Las autoridades electorales tendrían que gastar más en materiales, contratación de personal temporal, logística, instalaciones y demás.
Para 2018, el INE aprobó solicitar a la Cámara de Diputados un presupuesto de 25 mil millones de pesos, de los cuales 6 mil 700 millones serán para los partidos y 18 mil 200 millones para los gastos operativos del organismo.
Esta cantidad representa el presupuesto más alto de la historia en México, se gastará más de un millón de pesos por hora durante las próximas campañas federales.
Otro punto señalado en el texto del Instituto es la interrogante de cuánto tiempo tendría que pasar para que los tribunales electorales resuelvan las impugnaciones de la primera vuelta, y la declaren válida, antes de pasar a una segunda vuelta, que también podría verse envuelta en reclamos de fraude o de recuento de votos.
¿Por qué es positiva?
Las diferentes iniciativas que apoyan segunda vuelta sugieren que aumentaría el respaldo o reforzaría la legitimidad del candidato ganador, evitando que llegue al poder con un porcentaje muy bajo de votos, de 30 por ciento o menos.
Además, de que incentivaría a las dos opciones que tuvieron más votos en la primera ronda a establecer acuerdos o compromisos con fuerzas políticas minoritarias, para obtener su respaldo y la victoria en la segunda vuelta, con un gobierno más incluyente.
La segunda vuelta permitiría a los ciudadanos tener un voto más reflexivo o estratégico, respecto a la primera ronda. Además, podría reducir el abstencionismo, con los ciudadanos teniendo una segunda oportunidad de acudir a las urnas, y ya con solo dos opciones en la boleta.
De acuerdo con el INE, los estados que tendrán elecciones para gobernador el año próximo son: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como la del jefe de gobierno capitalino.
A nivel federal, se llevarán a cabo la elección presidencial; de 500 diputados, de éstos 300 serán de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; así como de 128 senadores, 64 de mayoría relativa, 32 de representación proporcional y 32 de primera minoría.
A nivel local, a excepción de Coahuila, Quintana Roo y Tamaulipas, en el resto de las entidades se renovará a los Congresos estatales y en total estarán en juego 591 diputaciones locales de mayoría relativa y 392 de representación proporcional.
Asimismo se someterán a votación 2 mil 226 ayuntamientos en todo el país y por primera vez se tiene previsto 16 alcaldías en la Ciudad de México, que suplirán a las delegaciones políticas, ante la nuevas reglas que establece la Constitución capitalina, sobre la que hay controversias ante la Corte.