La sociedad de la informaciĆ³n es un proceso de evoluciĆ³n profunda de la vida y las intersecciones entre personas, gobiernos, facultades y organizaciones por el uso intensivo de las tecnologĆas de la informaciĆ³n y la comunicaciĆ³n (TIC), que facilitan la creaciĆ³n, distribuciĆ³n y manipulaciĆ³n de la informaciĆ³n y desempeƱan un papel esencial en las actividades sociales, culturales y econĆ³micas.Ā
Es una sociedad que crece y se desarrolla alrededor de la informaciĆ³n y aporta un florecimiento general de la creatividad intelectual humana, en lugar de un aumento del consumo material. Destaca como factores clave el conocimiento y la innovaciĆ³n, junto a la adopciĆ³n y difusiĆ³n de las tecnologĆas que facilitan el tratamiento y transmisiĆ³n de la informaciĆ³n y el conocimiento. Agiliza la comunicaciĆ³n y hace posible que la sociedad pueda acceder con mayor facilidad a la informaciĆ³n, lo cual otorga certidumbre a la toma de decisiones.
Al margen de todas las anteriores ventajas, la facilidad de acceso y transmisiĆ³n de cantidades ilimitadas de informaciĆ³n ha provocado que seamos receptores de infinidad de estĆmulos a lo largo de nuestra cotidianidad. El dĆa no alcanza para leer diarios de varios paĆses, escuchar los programas de radio que nos interesan, ver las pelĆculas, documentales, informativos y otras producciones televisivas que despiertan nuestra atenciĆ³n. Leer y responder a mensajes de correo electrĆ³nico, WhatsApp, Facebook, Twitter, LindedIn, Instagram y otras novedades de la Web, y atender el telĆ©fono celular que suena hasta en los momentos mĆ”s inoportunos. Ello provoca la saturaciĆ³n por la continua exposiciĆ³n a conocimientos, acontecimientos y noticias. La pregunta es si nuestro cerebro es capaz de procesar y almacenar esta informaciĆ³n.
Hay que tener en cuenta que en unas pocas dĆ©cadas nuestra esperanza de vida prĆ”cticamente se ha duplicado, con lo cual a lo largo de una vida se acumula el doble de recuerdos que antes. AdemĆ”s, comparada con siglos anteriores, la cantidad de informaciĆ³n que recibimos se ha multiplicado hoy en dĆa por mil o diez mil con respecto a Ć©pocas anteriores.Ā
Algunos investigadores norteamericanos hablan incluso de sĆndrome de saturaciĆ³n de la memoria, de disco duro lleno: a una cierta edad, la dificultad para recordar cosas nuevas podrĆa deberse a que ya hemos asimilado demasiada informaciĆ³n. Sin embargo, parece mĆ”s probable que esa dificultad estĆ© relacionada con el hecho de que al repetir las mismas cosas, dĆa tras dĆa, muchas de ellas se convierten en automĆ”ticas y difĆcilmente accesibles a nivel consciente.
La memoria es la capacidad para facilitar la formaciĆ³n de redes de neuronas: primero, estimula a las neuronas y, despuĆ©s, al recorrer varias veces los mismos caminos, facilita esos trayectos y, por tanto, las conexiones neuronales. Lo importante no es tener muchas neuronas, sino muchas conexiones entre ellas, puesto que la diferencia entre una persona que retiene una informaciĆ³n y otra que no la retiene es que la primera tal vez tiene diez mil conexiones entre un grupo determinado de neuronas y la segunda no mĆ”s de cinco mil.
El cerebro humano tiene unos cien mil millones de neuronas y, por regla general, cada neurona tiene entre una y mil conexiones, lo que equivale a decir que nuestro cerebro tiene posibilidades casi infinitas de crear conexiones neuronales sin que la memoria llegue a saturarse. Esto no significa, sin embargo, que podamos memorizarlo absolutamente todo y recordarlo despuƩs.
La llamada infoxicaciĆ³n es el fenĆ³meno que surge por la canitdad de informaciĆ³n que recibimos en la actualidad, la cual llega a superarnos y nos satura, es decir, rebasa nuestra capacidad de asimilaciĆ³n.
La neurologĆa ha demostrado que el exceso de informaciĆ³n, ademĆ”s de alterar nuestra capacidad para tomar decisiones, puede producir ansiedad (sĆndrome de fatiga por informaciĆ³n) y sus efectos psicolĆ³gicos influyen tambiĆ©n sobre nuestro cuerpo.
SegĆŗn la revista Science, el mundo estĆ” literalmente sumergido en informaciĆ³n. TraduciĆ©ndolo en cifras, la humanidad es capaz de almacenar por lo menos 295 exabytes (un bit es la menor unidad de informaciĆ³n y un megabyte es igual a ocho millones de bits). Eso equivale a un nĆŗmero seguido de veinte ceros.
En 2007 guardamos una cantidad de bits que equivaldrĆa a algo asĆ como 315 veces el nĆŗmero de granos de arena de todas las playas del planeta. Que enviamos (a travĆ©s de la TV, la radio, los GPS…) 1.9 zettabytes: mĆ”s o menos la informaciĆ³n que se reunirĆa si cada persona leyera 174 diarios por dĆa. Y que ese aƱo todas las computadoras del mundo procesaron una cantidad de instrucciones que si se hubieran ejecutado a mano hubieran requerido nada menos que 2200 veces el tiempo transcurrido desde el Big Bang.
La doctora Nilli Lavie, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la University College de Londres, dice que cuando una persona se concentra intensamente en una tarea puede que no perciba cosas que estƩn a plena vista.
“Concentrarse en una tarea que requiere el manejo de mucha informaciĆ³n tiene una fuerte repercusiĆ³n sobre como el cerebro responde al resto del entorno: reduce tanto el nivel como la precisiĆ³n de la respuesta neuronal hacia todo aquello que no pertenezca a esa tarea”, dice Lavie.
Asegura que estos efectos sobre las neuronas provocan la llamada ceguera por falta de atenciĆ³n. Aunque el entorno no cambie, la respuesta del cerebro a la sobrecarga genera una incapacidad para percibir aquello que en otras circunstancias serĆa perfectamente visible fuera del foco principal de atenciĆ³n.