A pesar de que el sector cultural representó el 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB), el año pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión sigue siendo muy por debajo de lo que aporta al país.
No podemos dejar de lado la importancia del marketing cultural en un país como el nuestro, donde existe una vasta oferta de tradiciones, música, pintura y otras desde tiempos inmemorables en diferentes regiones de la república mexicana, mismas que se convierten en un estandarte de los usos y costumbres de cada localidad.
Pero, ¿cómo hacer marketing cultural?
Se puede hablar de dos vías para hacer mercadotecnia cultural, el estudio del entorno natural -referente al sector cultural- o por la percepción de organizaciones ajenas al mundo de la cultura.
Este tipo de marketing, no sólo consiste en guiar el patrocinio de los servicios que ofrece una organización cultural, sino también depende en gran medida, de la constante búsqueda de propuestas innovadoras que generan nuevos canales de comunicación con la sociedad, para que, de esta manera, incitar a que el público se abra al panorama cultural.
En México contamos con diferentes muestras culturales a lo largo del año en diversos estados de la república, tales como: La Guelaguetza en Oaxaca, La fiesta de los Chinelos en Morelos, El festival del vino y el queso en Querétaro, entre otras muestras representativas, que se convierten en festivales internacionales de música, pintura, teatro, y diferentes expresiones artísticas como el propio Festival Cervantino.
Convirtiendo así a nuestro país en un destino característico de festivales y ferias de talla internacional como, La Feria de las culturas amigas (FICA), o el Hay Festival, que se celebra este año en Querétaro, por citar algunos ejemplos.
En todos esos casos a lo largo del tiempo se va generando una reputación de marca que lleva a trascender y posicionar no solo al evento de forma local e internacional, sino a todo un colectivo de participantes que, con la muestra de su propuesta artística, le dan vida y reconocimiento a cada actividad.
Ahora bien, no podemos perder de vista que para lograr una campaña de marketing exitosa enfocada en temas culturales y artísticos, debemos visualizar nuestro proyecto cultural como un producto que se oferta en el mercado para un público que lo consumirá.
Conocer al público al que dirigiremos nuestros esfuerzos, considerando toda la información posible que enriquezca nuestra estrategia, sin dejar de lado gustos, tendencias de comportamiento y datos generales.
Identificar a nuestros competidores, es algo que no podemos dejar de lado, ya que estos nos pueden dar una luz clara de cómo diferenciarnos para lograr un mejor posicionamiento en el mercado. Generar alianzas con marcas que sean congruentes con la propuesta artística, puede ayudar a ser un detonador importante para alcanzar los objetivos de nuestro plan de marketing.
Por último, identificar a los medios que nuestra audiencia consulta y emplea para enterarse de actividades culturales, esto, nos puede ayudar en crear aliados en el proceso de difusión: redes sociales, revistas especializadas, sitios web; todos estos nos servirán como puntos para llegar de forma directa a nuestro público objetivo.