En una relaciĆ³n laboral una persona es contratada por una empresa para realizar un trabajo determinado a cambio de una contraprestaciĆ³n que generalmente es monetaria. La relaciĆ³n entre un empleador y su empleado es de mutuo interĆ©s y cuando para alguna de las partes deja de serlo no hay caso en prolongarla.
AsĆ he pensado desde que hace 47 aƱos empecĆ© mi vida laboral. En los primeros 14 aƱos de este casi medio siglo trabajĆ© en los departamentos de mercadotecnia, ventas o publicidad de importantes empresas nacionales y trasnacionales. Luego decidĆ dedicarme al oficio del periodismo y durante los Ćŗltimos 33 aƱos he colaborado en diversos medios impresos y electrĆ³nicos.
Desde 1968 hasta la fecha he trabajado para diversas empresas del sector privado. Fui empleado en ocho y socio en seis. He colaborado en dos grupos radiofĆ³nicos, en tres televisoras, en tres revistas y en ocho diarios, tres de ellos defeƱos y cinco estatales.
Cuando por alguna razĆ³n u otra decidĆ no seguir colaborando en alguna de ellas, sin mayor problema o dolor presentĆ© mi renuncia. Cuando alguna empresa decidiĆ³ prescindir de mis servicios me fui, tambiĆ©n sin mayor problema y sin siquiera pensar en presentar una demanda laboral. Siempre he creĆdo que no hay peor castigo que el trabajar en un lugar en donde a uno no lo quieren o en donde uno no quiere estar. Para mi, el trabajo debe ser una experiencia placentera y satisfactoria que promueva un desarrollo profesional, intelectual y espiritual.
Durante estos 47 aƱos he aceptado que cuando se trabaja para otros hay que jugar de acuerdo a las reglas del juego que establecen los dueƱos del balĆ³n y que romperlas tiene un precio que puede ir desde una simple amonestaciĆ³n hasta el despido. Por eso, siempre preferĆ renunciar a un cargo desde el momento mismo en que dejĆ© de creer en la misiĆ³n, visiĆ³n, objetivos, metas, polĆticas, programas o procedimientos de la empresa en donde estuviera trabajando. Para mĆ, es un acto de elemental congruencia apartarse de una organizaciĆ³n en la cual uno ya no cree; seguir dentro de ella es una hipocresĆa.
En estos 47 aƱos nunca he demandado a una empresa o persona por un asunto laboral. He sido despedido por algunos empleadores y he renunciado a varios cargos por alguna de las siguientes razones: porque encontrĆ© una mejor oportunidad en otro lugar; porque le perdĆ el respeto a mis superiores o a la empresa o; porque el trabajo se volviĆ³ aburrido e intrascendente.
En resumen: las carreras a largo plazo se construyen sin olvidar, ni siquiera por un instante, en que consiste una relaciĆ³n laboral.
Sitio web: ruizhealytimes.com
e-mail: [email protected]
Twitter: @ruizhealy