Estados Unidos es uno de los paĆses donde los medios de comunicación no ocultan su filiación polĆtica. No es que lo divulguen constantemente, pero es marcada la tendencia que dedican a sus contenidos dependiendo de su preferencia hacia uno de los dos partidos imperantes en el paĆs.
AsĆ, por ejemplo, es conocido que FOX New es de preferencia republicana, tan es asĆ que durante las campaƱas de las elecciones primarias y elecciones presidenciales estadounidenses, dedicó mayor tiempo a candidatos de este partido. Sólo entre marzo y abril, asignó 666 minutos a entrevistas con candidatos republicanos o sus representantes, contra 13 minutos para los demócratas, segĆŗn datos de Media Research Center (MRC).
En tanto, se sabe que CNN juega un rol de acuerdo a la administración en turno, aunque generalmente toma partido por los demócratas. El propio Donald Trump durante su campaƱa presidencial pidió en su cuenta de Twitter āno ver CNNā, ya que āsólo estĆ”n de un lado y contra Ć©lā. Sin embargo, datos del MRC, seƱala que la cadena tambiĆ©n otorgó mucho tiempo aire a los republicanos, hasta 729 minutos en un mes, contra 326 minutos a los demócratas.
Estas acciones pueden afectar la credibilidad de un medio de comunicación, asĆ por ejemplo, una encuesta realizada por Morning Consulting indica que 34 por ciento de los usuarios de televisión consideran que el contenido transmitido por CNN es āpoco creĆbleā, mientras que un 26 por ciento seƱaló que es āmuy creĆbleā.
Este dato es interesante si se considera que ahora, con la actual administración en la Casa Blanca la relación de los medios de comunicación parece que serĆ” complicada, ya que el actual presidente desde que era candidato tuvo enfrentamientos con diferentes lĆderes de información.
Tanto con The Washington Post (propiedad de Jeff Bezos), The New York Times (del que Carlos Slim es accionista) y Buzzfeed (con inversión de NBCUniversal), publicaron que publicaron información que hacĆa referencia a una presunta relación entre el gobierno Rusia y Trump.
Este hecho, entre algunos otros desde las campaƱas presidenciales han derivado en enfrentamientos entre el presidente estadounidense y los medios de comunicación. El mĆ”s reciente, la toma de protesta el pasado 20 de enero, en la que segĆŗn el equipo de Trump habrĆa asistido alrededor de un millón de personas, hecho que los medios descalificaron e incluso hicieron comparativos con la ceremonia de Barack Obama, a la que asistieron 1.8 millones. Esto hizo rectificar al secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien dijo que unas 720 mil personas asistieron, algo que tambiĆ©n fue cuestionado por los medios.
La tensión entre los medios de comunicación y Trump llegó a tal grado que declaró que la gente que trabaja en actividades relacionada con información y periodismo estĆ” “entre los seres humanos mĆ”s deshonestos en la Tierraā.
Al final, lo cierto que que pese a las crĆticas y posibles animadversiones que pueda tener la prensa en Estados Unidos con el actual presidente, no dejarĆ”n de cubrir la fuente de la Casa Blanca, esta es de suma importancia para cualquier espacio informativo en ese paĆs.
De igual forma, aunque Trump declare la guerra a los medios e incluso decida imponer ciertas restricciones (ley mordaza) a algunos departamentos o esgrima adjetivos como los dichos en dais pasados contra comunicadores, tambiĆ©n es cierto que los necesita. Aunque su actividad en Twitter sea notoria, sabe que el poder de alcance que tienen los medios sigue siendo necesario para divulgar sus polĆticas y acciones.