El lobby o cabildeo que se define como la herramienta comunicativa cuyo objetivo es generar una participación e integración eficaz para tratar de influir en el centro del poder o con los tomadores de decisiones, avanza en su regulación y profesionalización en el mundo.
Informar para influir, es también una frase que define a esta actividad cada vez más útil en los negocios y en la política en donde solo en Europa existen 12,320 entidades de lobbistas de todo tipo.
Desde su aparición, durante la administración del Presidente Americano, Ulysses S. Grant allá por 1868, el cabildeo era considerado como una práctica poca ética y de mala influencia, situación que afortunadamente ha ido cambiando a través de los años hasta establecerse como una actividad fundamental para influir en las decisiones que a su vez propician mejores políticas públicas.
Sí bien en Europa ha tenido gran aceptación, en territorio americano existen 17,000 lobbistas muchos de ellos excongresistas que hicieron durante su carrera buenos contactos integrando una poderosa coalición que facilita que la práctica del cabildeo se regularice a pasos agigantados.
El nuevo cabildeo, (al profesionalizarse) tendrá mucho más peso para el impulso de nuevas leyes o proyectos empresariales diferenciándose claramente de aquél que utiliza el amiguismo. La buena noticia, amigos lectores de Merca2.0, es que se está imponiendo el uso de los buenos argumentos por encima del influyentismo para concretar iniciativas.
Para ejemplo basta un botón, funciona desde el 2007, la iniciativa que impulsó en su momento el expresidente George W. Bush, quien firmó el acta legislativa de transparencia y responsabiliades en la que establece que ningún miembro del Congreso puede hacer tareas de lobby una vez que haya pasado un año de su salida del puesto. En México ya sucede algo similar.
¿ Estamos ante el final del lobby que actúa entre sombras ?
Sin duda que sí, toda vez que en las épocas actuales en donde los gobiernos necesitan rendir cuentas y ser entidades transparentes será muy difícil realizar prácticas opacas. El lobby de nuestros días es necesariamente ético y pleno de argumentos sólidos para influir.
Por otra parte, la estrategia del lobbying es la aplicación sectorial de la metodología y las técnicas de las relaciones públicas que determinan el contenido de nuestro mensaje que será más legítimo en función del establecimiento de un buen plan.
Una de las frases que más me gusta de John F. Kennedy es aquella que se refiere al concepto del Lobby: ¨Los cabilderos me muestran en quince minutos el problema y su solución, mientras que a mi equipo le tomaría esto mismo tres días¨.
Espero que tengan esta semana unos agradables días para la reflexión y convivencia en familia.
Nos encontraremos más adelante.