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El Deustche Bank sigue en problemas tras el anuncio de una gran reestructuración que incluye el despido de 18.000 puestos de trabajo.
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Los resultados trimestrales son malos, peores a los esperados.
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El CEO es optimista y está confiado en que el banco alemán superará su mayor crisis.
Christian Sewing, CEO del banco más grande de Alemania, el Deutsche Bank, estará en el centro de la escena por varios meses. Esto va a ocurrir hasta que se empiecen a ver resultados positivos de su plan de reestructuración.
No es difícil adivinar lo que va a pasar. Hay dos opciones, sin grises. Si le va bien, será elevado a la élite de los CEOs salvadores de empresas. Si le va mal, lo más probable es que no volvamos a saber de Sewing en el mundo de los grandes negocios corporativos.
Por ahora, los números del Deutsche no son buenos: este miércoles anunció una pérdida muy superior a lo que el banco había previsto, lo que provocó el desplome de las acciones (sí, más abajo aún) en las operaciones de la bolsa de Frankfurt.
Un informe del Credit Suisse dice que las pérdidas del segundo trimestre de 2019 fueron de US$ 3.500 millones, mayores a los US$ 3.100 millones que el propio Deutsche Bank había previsto.
El Financial Times dice también que en una nota a los clientes, el banco calificó los resultados como “decepcionantes”.
Bloomberg, en tanto, expone que se trata del peor resultado trimestral para el Deutsche desde la crisis financiera de 2008.
El 7 de julio pasado, el Deutsche Bank anunció una revisión radical de su negocio. Dio a conocer un recorte de 18.000 empleos hasta el 2022 (900 ya ocurrieron) y dijo que el costo de la reestructuración sería de US$ 6.700 millones. El mensaje de transformación de Sewing.
“Excluyendo los costos de la transformación, el banco sería rentable”, aseguró Sewing en un comunicado que por lo visto en la bolsa no conformó a los mercados. “Esto, combinado con nuestra sólida posición de capital y liquidez, nos da una base firme para crecer”, agregó.
Un plan no tan simple
El punto clave de la reestructuración es que el banco dejará el negocio de compra y venta de valores y reducirá sus operaciones con bonos.
La nueva estrategia de mercadotecnia es una virtual retirada de las ambiciones globales y de su objetivo de ser el principal rival en Europa para Goldman Sachs.
Ahora estará reenfocando en sus fundamentos históricos: financiar a clientes corporativos alemanes y europeos y en la banca minorista nacional.
No dio detalles de en qué países estará la mayor cantidad de despidos, pero se entiende que las operaciones comerciales del banco de inversión serán las más afectadas. En especial las oficinas de Londres y Nueva York.
Los recortes implican la mayor pérdida de empleo en el sector desde el 2008, cuando la caída de Lehman Brother generó la salida de 26.000 empleados.