Después de décadas de anuncio sobre su llegada, las tecnologías de realidad virtual y la realidad aumentada, se encuentran en el punto en el que pueden crearse y consumirse experiencias inmersivas. Y como resultado de estas posibilidades, los mercadólogos cuentan con un nuevo medio de contar historias y enganchar a las audiencias, como nunca antes.
La realidad virtual logra que el usuario quede inmerso en un mundo virtual gracias al uso de un head-mounted display (HMD), usualmente conectado a audífonos, mientras que la realidad aumentada implica la sobreposición de objetos y otro tipo de información digital, sobre las imágenes del mundo real, captadas a través de dispositivos como las tablets, smartphones y los HMDs.
Una de las razones por las que existe gran confianza en el futuro de estos medios inmersivos es la escala de la inversión que han realizado las empresas creadoras de productos de tecnología de realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR), como por ejemplo la compra de Oculus por parte de Facebook por 2.000 millones de dólares hace un par de años.
Google también ha realizado inversiones significativas en este apartado. Uno de los más notable, los 542 millones de dólares obtenidos en la ronda de inversión para Magic Leap a finales de 2014. Esta empresa se encontraría desarrollado tecnología de realidad aumentada, que proyectaría luz sobre la retina del usuario para replicar los efectos neurológicos experimentados cuando se ven los objetos en la vida real.
Y es que muchas empresas trabajando en este sector, para convertir su visión en realidad virtual o aumentada, han invertido millones de dólares en los últimos años, de hecho según CB Insights durante 2014 y mediados de 2015, más de 1.000 millones de dólares han sido invertidos en sólo 91 proyectos a nivel mundial.
Mientras tanto los profesionales de marketing, comienzan a utilizar esta tecnología para crear esas experiencias de engagement con los consumidores, que no han hecho sino comenzar.