Hermann von der Meden
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@hvonder
3. PRIMERO SEA CLARO, DESPUéS SEA INTELIGENTE.
Los mensajes en clave parecen ser la moda actual. Pero en realidad las mejores ideas son las que todo el mundo entiende.
A veces se asume que el consumidor sabe cosas que en realidad no sabe. Ojo, pero tampoco es un idiota. Y muchos avisos se hacen así. Están hechos de creativos para creativos. Hay que darles muchas vueltas para entenderlos. Ese tipo de comunicación funciona igual a cuando uno prende el radio y coge una noticia en la mitad; uno entiende lo que dicen pero no sabe de qué están hablando.
4. BUSQUE EL GIRO INTELIGENTE.
La sorpresa es siempre bienvenida y apreciada por el consumidor. Es como una gratificación que recibe por habernos puesto atención un momento. La publicidad que no da nada a cambio es olvidada y evitada desde el momento en que el consumidor la aprende a reconocer. Y considerando las inversiones en medios detrás
de los mensajes publicitarios y lo que cuesta producir una pieza nueva para reemplazar la anterior, hacer publicidad que no divierta o persuada es un riesgo que pocos pueden darse el lujo de correr. Si hay poca plata, apueste por el impacto. Sea diferente, apueste a la novedad. No espere a que otro lo haga antes que usted.
5. LA CAMPAÑA MANDA SOBRE TODAS LAS COSAS .
Uno debe buscar una campaña que perdure y no una pieza que suba como barrilete y caiga como el palo. Hay que resistirse a la tentación de una “maravilla irrepetible”. Las campañas que duran años se convierten
en activos supremamente valiosos para una marca. Y ese es el activo más importante de una compañía.
6. SI LO VA A HACER, HÁGALO BIEN.
Una vez tomada una decisión sobre producir piezas publicitarias, el peor error es caer en la tentación de no dedicarle a la producción los recursos que se merece. Ahorrar en producción para tener más plata para los medios es como salir mal vestido a la calle pero más veces. Todo comunica. Una mala actuación hace que todo sea puesto en duda incluyendo la marca misma; una mala foto permite que si la competencia hace una buena se vea mucho mejor que nosotros; un sonido mal hecho es como una voz desagradable y chillona vendiéndonos algo por teléfono. Estos puntos son válidos para agencia y anunciante. La agencia debe
concentrarse en una sola idea y el anunciante en no saturarla. La agencia en hacerlo bien y el cliente en pagar por ello. Pero lo más importante es que ambos estén de acuerdo en ser claros e inteligentes en la comunicación. Menos predecibles y aburridos. La publicidad son 30 segundos que estamos robándole a la consumidor; al menos digámosle algo inteligente, bien dicho, creativo, diferente, inesperado y convincente.
Por eso, la próxima vez considere estos puntos antes de gastar o invertir (como quiera llamarle) en una gran campaña o un simple aviso.