Aquí estamos de nuevo, casi al final de la temporada electoral en México. El 29 de mayo se cierra campaña. Y no sé tú, pero cada vez que salgo a la calle me siento como en una feria de anuncios gigantes y en una competencia feroz para ver qué carota sonríe más que la otra (no sé de qué se ríen).
Vallas, pendones, espectaculares, mantas, pancartas, ¡hasta en los papeles que envuelven a las tortillas parecen querer poner propaganda! Y no es para menos, porque el dineral que se gasta en propaganda electoral es de no creerse. Que conste que digo “gasta”, porque en este caso en particular no se invierte, sino que se gasta (por no decir tirar).
Así, con todas las letras: en estas campañas, se están quemando los billetes como si fueran leña en pleno invierno. Y no estoy exagerando.
Tienen de donde y la razón para hacerlo. Por un lado, no les vayan a bajar el presupuesto para la próxima, pues tan solo en el caso de la campaña presidencial, el tope de gastos autorizados por el Instituto Nacional Electoral (INE) por cada campaña asciende a más de 660 millones de pesos.
Y por otro lado, ¿en qué mejor momento le van a ayudar a sus cuates que les producen tanta basura inservible y obsoleta?
A este presupuesto sumemos los más de 132 millones del límite de aportaciones de militantes a partidos y los casi 43 millones de las aportaciones de simpatizantes (de otros “dineros” que saldrán de lugares oscuros e ilegales mejor ni hablamos y dejamos esa información a los medios que cubren la fuente policial).
Todo esto solamente para la campaña presidencial. Consideren también el dinero que se va para las campañas de candidatos a ayuntamientos, gobernadores, alcaldías y otros huesos.
Y este dineral, para gastarse en 90 días. Pero esto son migajas.
Vámonos a números más “gordos”:
De acuerdo a información del portal de N+ y el Diario Oficial de la Federación, el financiamiento público federal total destinado a las elecciones de 2024 asciende a la asombrosa cifra de 10,444,157,311 pesos. Este monto se compone de diversos rubros, en donde uno de ellos es el financiamiento público por actividades ordinarias permanentes.
En cuanto al financiamiento público asignado a cada Partido Político Nacional para gastos de campaña en este 2024, así les toca:
PAN: 613,175,183 pesos
PRI: 600,814,265 pesos
PRD: 236,266,711 pesos
PT: 225,814,634 pesos
PVEM: 282,581,897 pesos
Movimiento Ciudadano: 323,172,846 pesos
Morena: 1,023,068,078 pesos
En lo que respecta a las actividades ordinarias, el financiamiento total alcanzó la cifra de 6,609,787,227 pesos. Por otro lado, los gastos de campaña fueron aprobados por un total de 3,304,893,614 pesos, mientras que para las actividades específicas se destinaron 198,293,617 pesos.
Una gran parte de este dinero se traduce en contaminación electoral con la que nos bombardean cada día y que, después de las elecciones, permanecerá como una plaga.
Basura que no comunica y que deja mensajes sin contenido. Tal como el tiempo perdido después de ver los debates entre los candidatos. Vacío. Todo vacío.
¿Alguien que levante la mano para que se establezcan límites más estrictos al gasto en campañas políticas?
¿Alguien que se atreva a invertir mejor ese recurso en educación cívica, para que la gente esté mejor informada y no se deje llevar por mensajes inútiles y promesas repetitivas y nunca cumplidas?
Nadie. La propaganda electoral es un negocio lucrativo y la ambición es más canija que la ética. De pena ajena.