La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, enfrenta la peor crisis política y de marca personal, luego de que hay un proceso que busca juzgarla por delitos de corrupción. Ahora acusa al vicepresidente de intentar un golpe de estado para derrocarla.
La mayoría de los políticos apuestan por la popularidad y tener una imagen positiva entre los habitantes de su país para seguir al frente. Pero cuando la opinión pública negativa y los adversarios encuentran una forma de tumbarlos las cosas se les complican.
Dilma Rousseff es una política brasileña que es presidenta de su país desde 2011. Previo a la realización de la Copa del Mundo Brasil 2014 Dilma vivió grandes presiones por partes de sectores de la población que acusaron al gobierno de pagar millones de dólares por un evento para los turistas mientras no había buenos servicios públicos. Desde entonces pedían su renuncia.
Esta semana Rousseff vive su peor momento en la presidencia del país más grande de Latinoamérica. Tras las acusaciones de que violó la ley al maquillar cuentas del gobierno durante el proceso electoral en el que se reeligió en 2014, una comisión aprobó que se lleve a la presidenta a un proceso de desafuero para ser juzgada.
A Rousseff también se le culpa por la crisis económica que vive Brasil y se le señala como una de las involucradas en un escándalo de corrupción de la compañía petrolera estatal Petrobras.
El 17 de abril los legisladores brasileños votarán si se lleva a juicio a la presidenta, si la mayoría lo aprueba Rousseff tendrá que dejar el cargo en lo que se determina si es culpable o inocente. Durante ese tiempo el vicepresidente Michel Temer tomaría el poder.
Esta semana, se reveló un audio en el que Temer ensaya su discurso en el que toma la presidencia, el cual se dio a conocer por error, según Bloomberg. Rousseff aprovechó la oportunidad para acusarlo de estar detrás de un golpe de estado en su contra.
La marca personal de la presidenta de Brasil viene en declive desde hace varios años. De acuerdo con datos de Statista, el 63 por ciento de la población considera que no está manejando bien la economía, el 67 por ciento cree que preparó mal la Copa del Mundo, el 85 por ciento desaprueba lo que hace en torno al crimen, la corrupción y los servicios de salud y el 71 por ciento desaprueba lo que hace en materia de educación.
Dilma Rousseff ha enfrentado y sobrevivido problemas con anterioridad, incluso una batalla contra el cáncer, pero parece que tiene por delante un camino difícil en la lucha política que vive esta semana en su país.