Uno de los programas de TV favoritos de mi infancia era El túnel del tiempo, espacio de una hora, donde dos científicos viajaban por diferentes épocas tratando de resolver las problemáticas que les tocaba vivir al llegar por el túnel a diferentes lugares. Tal vez alguno de mis estimados lectores lo recuerde. Sin duda, fue una serie de culto para los americanos y adelantada para sus tiempos. Los protagonistas eran los doctores Tony Newman y Douglas Phillips.
Pues bien, después de estos buenos recuerdos, tomaré este programa como ejemplo para coincidir con varios estudiosos de las tendencias y el futuro de los medios de comunicación, quienes apuntan a que estos tienen problemas para conservar la lealtad de sus lectores, que ahora buscan más calidad de contenidos y un viaje por este túnel del tiempo que les trasmita experiencias y lecturas con mayor profundidad y valor agregado.
La pregunta que surge ahora es: ¿Cuáles son los elementos diferenciadores que le permitirán a los medios conservar sus lectores y no marcharse con la competencia?
Lo cierto es que, con la llegada de los medios digitales, los periódicos impresos han tenido que reinventarse y diseñar sus instrumentos digitales de comunicación. Esto ya tiene tiempo operando así y sobre ello recordemos la charla del exdirector de El País, Antonio Caño, en su mesa de redacción, que sentencia este salto en el tiempo al decir con gravedad: “El día de mañana dejaremos de hacer, junto con muchos españoles, el cotidiano viaje al quiosco de la esquina para comprar el periódico impreso, mañana seremos totalmente digitales”.
Lo que viene entonces tiene que ver fundamentalmente con la transformación del modelo de negocio, que tendrá que revisar desde las suscripciones, formas de pago, equipo de trabajo y, sobre todo, la adopción de las estrategias del e-commerce, quedando así en condiciones de evolucionar con éxito.
El término que ya se está usando con cierta regularidad por las grandes empresas, e incluso para la promoción de programas de posgrado en las universidades, se denomina Funnel (embudo de ventas ), que contempla varias etapas en donde las oportunidades potenciales (clientes) son cualificados y seleccionados para terminar en transacciones reales (cierres).
Los medios de comunicación venían utilizando dos fases para su modelo de operación, que contemplaba al usuario casual y al lector recurrente; ahora tendrán que ampliarse y meter al embudo a los usuarios actuales, lectores recurrentes, registrados y convencidos, para llegar a la meta de los suscritos.
Es el tiempo de medir mejor a las audiencias, ya no tanto en aspectos cuantitativos, tal y como lo apunta el analista y experto en medios, Daniel Muñoz Guerrero, al afirmar que “la métrica tendrá que evaluar el compromiso del lector con la marca, la duración y frecuencia de las sesiones, la retención de los temas y la profundidad del scroll”.
¿Cuál es el reto?
Son dos aspectos a considerar: la investigación, que nos permita entender mejor las necesidades de los lectores y el diseño que ofrezca soluciones para esa necesidades.
Para cerrar esta reflexión, comentaremos que los medios de comunicación, en esta lucha constante por la atención del lector, tendrán que contarle mejor sus historias, permitiéndole tomar mejores decisiones cotidianas y alejándolo de temas que solo le roban su paz y tranquilidad. ¿Por qué no volver a los issues que provoquen armonía, cultura e inteligencia social?
Al final del viaje por el túnel del tiempo el lector tendrá la última palabra.
Nos encontraremos más adelante.