Nos tocó vivir ya la primera expresión de postverdad en 2017. El grito de independencia de Cataluña en contra de España. Vemos radicalismo en ambas posiciones, Fake News en los dos bandos y posiciones muy encontradas. Antes de analizar este fenómeno antropológico, social y de opinión pública entendamos muy bien lo que es la posverdad. Según mi mismo, la definición de posverdad es compleja porque se trata de una palabra concepto muy nueva y rodeada de sincretismo, ambigüedad e incertidumbre. Según Paco Santamaría, la definición actual de Posverdad es:
“Posverdad. Del neologismo post-truth. Es un concepto muy ambiguo, complejo de estructurar y entender por tan novedoso. Sucede cuando las emociones, las posturas ideológicas y creencias influyen de una forma más efectiva y práctica en la opinión pública que los hechos comprobados. Efecto desestabilizador de todo lo establecido a raíz del enojo de una sociedad o asociación. Y entonces sucede lo inimaginable y menos pronosticado. Surge como un mensaje y respuesta irracional para desestabilizar. Es un motor disruptor -que causa desorden o destruye- para la destrucción o auto destrucción de la sociedad. Los ejemplos más prácticos de 2016: Brexit, la victoria de Donald Trump o el fracaso de la firma de paz entre las FARC y el gobierno colombiano.”
Faltaría agregar a esta definición en 2017 el controvertido referéndum para la autonomía de Cataluña frente a España. Para los que se preguntan o están incrédulos si Cataluña logrará ser un país independiente de España, a esos incrédulos, les digo que sí, la independencia sí se logrará con mucha probabilidad por loca que les parezca la idea. Para que un fenómeno de posverdad sea tomado como tal, debe de ser sorpresivo por lo inesperado y descabellado. Entre más sorpresivo contendrá más posverdad.
¿Por qué la independencia de Cataluña es un fenómeno de posverdad?
Aunque en este fenómeno posmoderno no hay recetas de cocina, cumple con ciertas condiciones para serlo, como:
- Sorprenderá a propios y extraños. Hace apenas unos 6 meses, los que ahora gritan por la libertad, la independencia y la autonomía, ni siquiera lo tenían en su radar como un futuro próximo, no como un objetivo de vida.
2. Todo esto es un resultado de la vida digital, la hiperinformación y el hartazgo social.
3. Existe un flujo de emociones offline y online. Tan rápido y dinámico que no logramos distinguir cuál es la realidad en específico. Existe una realidad entre realidades.
4. Es un caldo de cultivo de radicalismo y posiciones muy encontradas. Una cachetada contra cultural.
5. Hay violencia y debate digital.
La posverdad, queramos o no, será un fenómeno más común que corriente en nuestros próximos días, lo que podemos hacer frente a ella es no sorprendernos y adaptarnos mejor en la medida de lo posible.