La pandemia está imponiendo e impondrá una realidad totalmente distinta a la que vivimos antes de su llegada, en todos los ámbitos de la actividad humana. Desde la cotidianidad y las relaciones familiares hasta las actividades laborales, cambiando prácticamente todas las formas de interacción humana.
La crisis mundial de COVID-19, ha puesto en tela de juicio nuestras prioridades, nuestros modos de vida y el funcionamiento de nuestras sociedades. Se habla de una “nueva normalidad”, refiriéndose al retorno a la actividad después de la pandemia, como si se volviera luego de un acontecimiento que sólo afectó a un determinado grupo de personas o a un sector de la sociedad. Sin embargo, la contingencia que estamos viviendo es la peor tragedia que ha vivido la humanidad por lo menos en los últimos cien años, que significará un parteaguas en todos los ámbitos de la actividad humana.
Salir de la pandemia no es despertar de un mal sueño y reintegrarse a la normalidad, entendida esta como “la cualidad o condiciĂłn de norma” (que se ajusta a las normas o que se halla en su estado natural). En un sentido general, la normalidad hace referencia a aquel o aquello que se ajusta a valores medios. Este concepto se asocia con el latinismo statu quo, con que se hace referencia al estado o situaciĂłn de ciertas cosas, como la economĂa, las relaciones sociales o la cultura, en un momento determinado. El statu quo, literalmente “en el estado en que” es el estado de cosas de un determinado momento. Alude al conjunto de condiciones que prevalecen en un momento histĂłrico determinado. Implica un momento de paz y tranquilidad, de equilibrio.
El statu quo se pierde cuando los roles que desempeñan los actores de la sociedad se trastocan o no pueden desempeñarse como se acostumbraba en una situaciĂłn normal. Por ejemplo, el no poder abrir un negocio, transitar libremente por la vĂa pĂşblica, presentar un espectáculo con pĂşblico o simplemente salir de casa. Los equilibrios se rompen cuando esta serie de restricciones impiden desarrollar actividades productivas, lucrativas o lĂşdicas y esto afecta la actividad econĂłmica y la salud propia o la de otros, desencadenando un “efecto dominó”.
Lo anterior conforma un escenario totalmente fuera de lo normal, tanto durante la pandemia, como cuando se erradique. Viviremos en un mundo diferente, en el que el temor a los contagios, al rebrote cambiarán la cotidianidad de los seres humanos. De facto, vivimos una nueva realidad y tendremos que construir una “nueva normalidad”, una expresiĂłn del ámbito de la economĂa, las finanzas y el comportamiento social en general acuñada para describir las nuevas condiciones financieras tras la crisis de 2008, las secuelas de la Gran RecesiĂłn y ahora la pandemia de enfermedad por Coronavirus del 2019-2020 causada por el virus Sars-cov-2. Desde entonces, el tĂ©rmino se ha utilizado en una variedad de contextos para dar a entender que algo que antes era anĂłmalo ahora es comĂşn.
El hecho es que enfrentamos una nueva realidad y el imperativo de crear una nueva normalidad, porque las normas son “el principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta o la correcta realización de una acción o el correcto desarrollo de una actividad”. Los nuevos comportamientos que impone la pandemia exigen la creación de normas para regirlos, con el fin de que no se rompan los equilibrios.
En la medida en que comencemos a salir de la pandemia, tendemos a olvidar las lecciones que aprendimos, por ejemplo, sin tener en cuenta el impacto de lo que considerábamos normal para el medio ambiente, la economĂa, la salud pĂşblica y nuestras sociedades.
La UNESCO lanzĂł en el mes de junio la campaña “La nueva normalidad”, creada por la agencia DDB de ParĂs, para poner en cuestiĂłn nuestra percepciĂłn de la normalidad. La pelĂcula de 2,20 minutos no necesita argumentos complejos para hacerlo. Simplemente presenta informaciĂłn objetiva sobre el mundo antes y durante la pandemia. En conjunto, estos hechos invitan a los espectadores a reflexionar sobre lo que es normal, sugiriendo que hemos aceptado lo inaceptable durante demasiado tiempo. Nuestra realidad anterior ya no puede ser aceptada como normal. Ahora es el momento de cambiar, de adaptase a las nuevas condiciones que imponen la pandemia y nuestra percepciĂłn del mundo despuĂ©s de haber vivido en ella.
Esta campaña forma parte de un esfuerzo más amplio de la UNESCO para reflexionar sobre el mundo del mañana, en particular a través de la iniciativa del Foro de la UNESCO, un laboratorio de ideas que reúne a destacadas pensadoras, el movimiento Resiliart, una serie de mesas redondas sobre el futuro de la cultura y las industrias culturales, la Red de Alfabetización del Futuro, asà como el programa Los futuros de la educación y las recomendaciones mundiales sobre la Ciencia Abierta y la ética de la Inteligencia Artificial. Se trata de cuestiones importantes en las que la UNESCO empezó a trabajar mucho antes de que la pandemia las pusiera en el centro de atención.
Es imperativo el desarrollo de una nueva normalidad, con la participación de todos los actores de la sociedad. Gobernantes, juristas, sociólogos, sicólogos y comunicadores de todo el mundo tienen frente a sà el reto de crear esta nueva normalidad, partiendo de la nueva realidad, para evitar el rompimiento del statu quo, preservando asà la sana convivencia de los seres humanos en el entorno post pandémico.