Santiago, Chile.- La agencia puede ser creativa, el personal de la empresa puede ser jugado, las ideas pueden ser geniales, pero si los directivos están enfermos de miedo, el fracaso de cualquier acción está asegurado.
Seamos realistas, una campaña que rompe esquemas puede ser inquietante, pero el que sigue haciendo lo mismo que siempre, recibe idénticos resultados. Por esta razón, antes de tomar una cuenta, es fundamental conocer el pensamiento de los directivos de la empresa. Si están aterrorizados con los cambios o tienen “demasiados asesores”, tal vez no sea buena idea involucrarse con ellos, a menos que el desafío de cambiar su mentalidad sea el motor que mueva la acción. Si no es así, el desgaste es mucho para un pequeño beneficio.
Conozco casos cercanos y la verdad es que la inversión de tiempo y dinero en marcas que no se atreven a innovar o tienen terror al fracaso suele ser una especie de desangre y si bien la agencia no debiera estar al tanto de lo que pasa dentro de la empresa en términos de organización, una acción abortada porque “alguien” pensó que no sería buena idea termina generando mucha frustración a los creativos. Eso, sin siquiera considerar que, a la hora de las evaluaciones, nadie recordará que fueron aquellos asesores o “alguien” que impidieron que se llevara a cabo una actividad o una buena campaña. La agencia será siempre la responsable de la falta de resultados.
Lamentablemente, también en marketing, prevenir es mejor que curar. ( Y no me creas, pruébalo)