Durante la década de los 90, en México el fenómeno de la Lucha Libre cobró relevancia con la generación de la empresa AAA, dentro de la cual se compiló a luchadores de renombre como Octagón, El Hijo del Santo, Rey Misterio, entre otros.

Como parte de este boom, surgió un luchador atípico el cual rápidamente generó interés y aceptación por el público ya que rompió con el molde de rudos y técnicos al burlarse de compañeros y rivales, nos referimos a La Parka, quien salió a los encordados en 1992.

Con el paso del tiempo y la popularidad en crecimiento, Adolfo Tapia, quien fue el primero en personificar al gladiador, pidió a Peña un aumento de sueldo, algo que no sentó bien en el directivo de la firma de lucha libre y que no solo no entregó, sino que fue el hecho que desató un problema legal que duraría bastantes años.

Tras la negativa del sueldo, Tapia decide abandonar la empresa AAA para convertirse en luchador independiente y probar suerte en los Estados Unidos, la decisión vendría acompañada del hecho de que otros luchadores tomaron la misma decisión de abandonar la compañía para buscar mejores oportunidades salariales.

Transcurren los años y Tapia regresa a México, para enterarse que el mítico personaje ya estaba ocupado por otro luchador, que enfrentaba una demanda por derechos de autor y que el nombre del personaje y caracterización del personaje le impediría asociarse con otras firmas.

De tal modo que la disputa legal por el personaje inició y con el todo un caso de mercadotecnia.

La lucha por el personaje.

Derivado de que en el país habían dos personajes con idénticas en diferentes territorios del país al mismo tiempo luchando, entra en este espacio de la historia el termino de los derechos de marca, la AAA se hace de los derechos del personaje y es así como arranca la disputa legal no solo por el nombre del luchador sino de la vestimenta.

Es así como Tapia no puede ser contratado por otras empresas de lucha, es así como surge un nuevo personaje, el cual es L.A Park.

Con el paso del tiempo, los dimes y diretes se acrecentaron hasta que se decidió lo que miles de aficionados a la lucha libre habían pedido, una lucha entre las dos parkas por el personaje.

“La que es la original no es la original porque no tiene el personaje y el que porta el personaje tampoco es el personaje”, expresó Alfonso Morales en un especial realizado por MVS Televisión.

Llegado el día de la lucha, el Palacio de los Deportes lucia abarrotado en su totalidad para ver quien por fin sería el ganador de una lucha por un personaje que duró demasiados años.

Si bien hasta la fecha los dos luchadores permanecen en activo, se llegó a un pacto en el que un personaje ya no tendría relación alguna con el otro.

Es así como un problema legal entre un personaje y una empresa dentro del cual incluso hubo amenazas y declaraciones en contra de los implicados, con base en la expectativa que generó el pleito, se logró congregar a las personas para la lucha por el personaje.