En la más pura narrativa de este gobierno de la 4T, el subsecretario Hugo López-Gatell acusó, una vez más, a las grandes farmacéuticas de haber generado “grandes ganancias” por el desarrollo, comercialización y entrega de las vacunas anti Covid.
“La industria farmacéutica, que evidentemente ha tenido unas ganancias estupendas en la venta de vacunas -anti Covid-, está empujando esta perspectiva y presionando a los gobiernos nacionales y posiblemente a organizaciones internacionales de salud”, expresó el funcionario a EFE durante la Conferencia Sanitaria de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), celebrada en Washington, Estados Unidos.
Pero no todo acabó ahí, sino que ahora, en esta etapa cuando se considera que la pandemia “va de salida”, el funcionario espetó que las farmacéuticas están ejerciendo actos de presión a los gobiernos del mundo para lograr instaurar la vacunación Covid anual “a pesar de que todavía no hay evidencia científica de que esto sea necesario”.
No sabemos si en el caso de otras vacunas, como la de la influenza, también se pidió en su momento “evidencia” científica para comprarla, y así, regularizar y temporizar su uso, porque desde aquella pandemia de 2009, cada otoño el gobierno mexicano hace campaña de vacunación, sobre todo para población vulnerable, es decir, niños, adultos mayores y personas con comorbilidades.
El subsecretario de Salud insistió en que por ahora “no existe evidencia científica sólida que permita corroborar” que sea necesario vacunarse cada año contra la Covid-19.
López-Gatell subrayó que la “gran mayoría de virus respiratorios no se necesita una vacunación periódica” y opinó que el modelo de la influenza o gripe, que sí requiere de inmunizaciones anuales, no tiene por qué aplicarse con el coronavirus SARS-CoV-2.
Y para no quedarse a nivel local, en dicho foro el funcionario mexicano se atrevió a recomendar a las poblaciones del mundo “tener cautela con esta hipótesis, pues está sobre impulsada por otro tipo de intereses”.
Sobre la pandemia de Covid-19 el funcionario consideró que “está en fase de receso en buena parte del mundo”, aunque existe una “probabilidad importante” de que nuestro país y otras naciones vivan una nueva ola de contagios con la llegada del invierno.
Resaltó como algo “sumamente positivo” el nivel de cobertura de la vacunación contra la Covid-19, que en México es del 87% de la población elegible, lo que ha permitido cambiar el perfil de la epidemia, sobre todo al reducir las enfermedades graves y las muertes.
Para López-Gatell, la epidemia está transitando de un “estado de emergencia”, el cual requería de acciones extraordinarias, a un “estado de persistencia”, con medidas sanitarias más rutinarias y de cuidado diario. Ya veremos, al tiempo.
Riñón mata corazón
“La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de morbimortalidad en los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC). El riesgo cardiovascular elevado comienza en los estadios iniciales de la ERC, mucho antes de que el padecimiento se encuentre en etapas avanzadas”, informó el doctor Juan Carlos Castillo Salinas, asesor médico científico de Laboratorios Columbia, en donde cuentan con el Programa Nacional de Detección Oportuna de la ERC.
Así, la estrategia más eficaz para reducir las muertes por afecciones cardíacas en pacientes con ERC, es el diagnóstico oportuno y dar seguimiento a las medidas terapéuticas en los pacientes en estadios iniciales, ya que es crucial para retrasar la progresión de la ERC a estadios avanzados.
Para nadie es un secreto que este padecimiento se ha convertido en un gran problema para las autoridades de salud en México, pues como es sabido, más del 50% de los recursos destinados a este rubro se invierte en la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas, la ERC.
Estudios realizados en México en los últimos años han estimado una prevalencia de ERC de 12.2% y una tasa de 51 defunciones por cada 100 mil habitantes; en la mayoría de los casos se puede prevenir, al ser consecuencia de enfermedades como la hipertensión arterial sistémica y la diabetes mellitus mal controladas.
La ERC se estadifica mediante un análisis de sangre que evalúa el funcionamiento de los riñones, a través de medir la reducción de la tasa de filtración glomerular (TFG), dicha medida describe el flujo filtrado a través de los riñones.
La ERC se ha detallado como la enfermedad crónica más olvidada; sin embargo, representa un grave problema de salud pública en México y el mundo. Al ser un trastorno de origen multifactorial y estar asociado, sin duda, a las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en nuestra población, su impacto en la salud pública se refleja en la alta demanda de recursos humanos, económicos y de infraestructura que su tratamiento requiere. También, es la segunda causa más importante de años de vida perdidos en América Latina.
En 2017, se reportó que la ERC en México está teniendo un gran impacto en las finanzas de las instituciones y en la economía de las familias; en 2014, el gasto en salud anual medio por persona para esta patología se estimó en 8,966 dólares estadounidenses en la Secretaría de Salud (SSa), y de 9,091, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En este contexto, hay riesgo para el corazón, aunque la falla renal sea leve. Incluso en estadios iniciales de la ERC, evidentes por el nivel de albúminuria (albúmina presente en exceso en la orina), se incrementa el riesgo cardiovascular.
Además, existe una asociación muy fuerte entre la albuminuria y otros factores tradicionales de riesgo cardiovascular. Es sabido que los pacientes con ERC estadio 5 tienen una elevada probabilidad de muerte prematura, sobre todo por complicaciones cardiovasculares.
Por otro lado, los pacientes con ERC tienen una vasculopatía generalizada –que implica daño a arterias y venas -, como hipertrofia ventricular izquierda, calcificaciones vasculares y rigidez arterial. Se estima que la mortalidad cardiovascular es dos veces superior en pacientes con ERC estadio 3 y tres veces superior en estadio 4, en comparación con la población con función renal normal. Este riesgo elevado es independiente de la edad, la etnia y el sexo de los pacientes.
El pronóstico de un paciente con ERC, especialmente en diálisis, que sufre un infarto es mucho peor que en la población general. Se plantea que esto se debe a un subdiagnóstico, por las presentaciones clínicas atípicas, y el menor uso de exámenes diagnósticos e intervenciones terapéuticas, por el temor a los efectos adversos en esta población.
Así que más vale cuidarse y, ante el mínimo síntoma, acudir con el nefrólogo para su correcto manejo medicamentoso y nutricional, además de tratar de prevenir, o bien, que la enfermedad no avance tan rápido.
El botiquín