Hace unos días leí con gusto que la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), en su sede de Ginebra pidió más transparencia a las empresas que utilizan plataformas que usan aplicaciones de inteligencia artificial (IA) y buscará una posición común de los países sobre estas tecnologías. La mayoría de las opiniones de los especialistas parten del mismo punto: un día las máquinas superarán las capacidades humanas, escaparán a todo control y se negarán a ser apagadas. Parece argumento de muchas películas de ciencia ficción, pero cada día nos acercamos más a esa realidad.
El mismo secretario general de la ONU, António Guterres, está a favor de que la inteligencia artificial (IA) sea regulada por un organismo mundial de vigilancia. Algo parecido a la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). Guterres anunció que ya está en planes la creación de un ente asesor de alto nivel para tratar las preocupaciones sobre el desarrollo de esta tecnología.
El funcionario explicó que, mientras tanto, nombrarán una junta asesora, integrada por expertos en IA y científicos de las agencias de la ONU.
Antes de fin de año, además, esperan avanzar en la creación de una junta asesora que pueda revisar periódicamente los acuerdos de gobernanza de IA y ofrecer recomendaciones. El objetivo será garantizar que estas políticas estén alineadas con los derechos humanos, el estado de derecho y el bien común.
Se sumó a estas propuestas, el primer ministro británico, Rishi Sunak, quien anunció que Gran Bretaña organizará una cumbre a finales de este año, para discutir la posibilidad de una regulación global coordinada. Guterres aplaudió la iniciativa, pero dijo que el encuentro tiene que estar precedido por un «trabajo serio».
En una mesa redonda telemática celebrada una semana antes de la sexta conferencia “IA para siempre”, que tendrá lugar en Ginebra la próxima semana, la secretaria general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Doreen Bogdan-Martin, pidió más transparencia en materia de inteligencia artificial.
“La transparencia es un vehículo fundamental para la no discriminación (…) y cuando hablamos de los datos tenemos que asegurarnos de que éstos se utilizan por el bien de la humanidad”, dijo la funcionaria norteamericana.
En el mismo sentido se ha pronunciado la subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Gabriela Ramos, que ha citado el medio ambiente, el trabajo, la salud o la educación como algunos de los escenarios en los que la regulación sobre la inteligencia artificial es más necesaria que nunca.
El CEO de OpenAI, Sam Altman, propuso la creación de una agencia global durante una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos. Altman, la cara visible de la compañía creadora de ChatGPT, dijo que este organismo podría otorgar licencias a los sistemas de IA más poderosos o retirarlas si estos no garantizan el cumplimiento de estándares de seguridad. “Si esta tecnología sale mal, puede salir bastante mal”, advirtió.
Lo cierto, es que organismo más y otros menos, ya se está creando una conciencia de responsabilidad respecto a ordenar, vigilar y limitar el uso de la Inteligencia Artificial (I.A), a nivel mundial, veremos si logran alcanzarla por la enorme velocidad a la que se está desarrollando.