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A raíz de la pandemia de COVID-19, el dinero en efectivo ahora carga un estigma adicional para los consumidores
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Sin embargo, varios expertos apuntan que algunas personas tienen un afecto profundo por las monedas y billetes físicos
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Esto porque son una representación física, tangible, de su poder adquisitivo y del valor de su trabajo
A lo largo de la historia de la humanidad, la naturaleza de las transacciones económicas ha cambiado de forma significativa. Pero uno de los conceptos más viejos y que más ha podido superar el paso del tiempo es el dinero en efectivo. Ya sean metales preciosos con un valor real o monedas y billetes fiat, este elemento del intercambio de bienes se ha rehusado a morir, incluso en la época tecnológica. Sin embargo, su fin estaría cerca por culpa de la COVID-19.
De acuerdo con AP, en muchos países desde Estados Unidos (EEUU) y Japón hasta naciones en África y Medio Oriente, la gente parece confiar menos que nunca en el dinero en efectivo. Algo inusual, pues en otras crisis económicas la incertidumbre y desconfianza a instituciones financieras hacía que mucha gente decidiera guardar su riqueza en este formato desde casa. La razón es aterradoramente sencilla: Hay un renovado miedo a un contagio por COVID-19.
Según la misma AP, varios oficiales de salud y autoridades de gobierno advierten que, aún si el dinero es un posible factor de contagio por COVID-19, el riesgo es mínimo. De todas formas, son muchos los negocios los que han dejado de aceptar transacciones con estos pagos. Si bien algunas naciones decidieron establecer métodos de desinfección en bancos, otros países están incluso considerando la alternativa. Es decir, reducir casi por completo su uso común.
Dinero en efectivo, ¿realmente en extinción?
Cabe destacar que esta nueva, curiosa aversión no es lo único que la pandemia ha cambiado del panorama global. Los profesionales de marketing deberían también tener otras habilidades para poder llegar a los consumidores en el futuro. Como el dinero en efectivo, está la aversión a hospedarse en hoteles, algo que la industria trata con desesperación de corregir. También varias empresas están tratando de ajustarse a las nuevas narrativas que exige el consumidor.
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Pero este cambio en el dinero en efectivo es prometedor y aterrador a la vez. La COVID-19 no es la única enfermedad que se puede esparcir masivamente por billetes y monedas. Además, se trata de un elemento que fomenta robos, asaltos y transacciones ilícitas en varios países. Su alta circulación también puede llevar a fenómenos como la falsificación y hasta limitar el alcance de una cultura de ahorro. En este sentido, su desaparición no sería algo muy malo.
Al menos, en teoría. La realidad es que muchas naciones desarrolladas están tratando de crear una sociedad completamente libre del dinero en efectivo. Pero en muchas naciones en vías de desarrollo, no hay una adecuada inclusión financiera para garantizar un concepto cashless que en verdad funcione. El miedo que está creando la COVID-19 en torno al uso de este elemento podría apoyar la penetración de la tecnología financiera, pero no podrá matar a su predecesor.
Iniciativas privadas en torno al cashless
No es la primera vez que se habla de una eventual desaparición del dinero en efectivo. Por ejemplo, hace un par de semanas que Starbucks anunció que se quería deshacer de este tipo de transacciones, también a raíz de la COVID-19. Desde 2018 se hablaba de un “apocalipsis” en el uso de monedas y billetes en algunos países. En México, proyectos como el CoDi se lanzaron con la esperanza de fomentar la inclusión financiera desde el Gobierno federal.
Y no es extraño que haya un interés tan grande en crear una sociedad cashless. Según XPress Money, la eliminación del dinero en efectivo podría reducir la incidencia de crímenes como el lavado de dinero y evasiones fiscales. DigiPay apunta que también los negocios podrían ver cómo sus riesgos operativos y costos serían mucho menores, al quitar la gestión de elementos físicos. Fintech Times apunta que también los individuos podrían tener una mejor planeación.