Bana Alabed, la niña siria que relata su vida en medio de la guerra en su país, ha sido desplazada de Alepo junto con su madre luego de que su casa fuera destruida por los bombardeos.
Alepo es uno de los bastiones en donde se ha vivido con más fuerza la batalla que las tropas rebeldes y el régimen de Bashar al Assad han protagonizado en los últimos cuatro años.
La madre de Bana gestiona la cuenta de Twitter de la niña (misma que cuenta con 175 mil seguidores) y en la que comparte las vivencias que su familia tiene en medio de los bombardeos.
Bana compartió una foto de su casa reducida a escombros:
This is our house, My beloved dolls died in the bombing of our house. I am very sad but happy to be alive.- Bana pic.twitter.com/9i0xxJrQtD
— Bana Alabed (@AlabedBana) 29 de noviembre de 2016
La niña de 7 años protagonizó una historia que le valió hacerse amiga la escritora británica y creadora de la saga de Harry Potter, J.K. Rowling.
Luego de que Bana y su madre vieran una de las películas del mago, ambas se sintieron encantadas y lo contaron a Rowling a través de Twitter.
“Espero que leas los libros porque estoy segura de que te van a encantar”, respondió la escritora. En el momento, Rowling desconocía el contexto de Bana y su imposibilidad para adquirirlos.
“Le gustaría leerlos pero no los tenemos ¿Cómo podemos conseguirlos?”, fue la respuesta de la madre.
Un miembro del equipo de Rowling se le ocurrió la idea de mandar el e-book a Alepo, algo que la propia autora celebró en la red social. Tras el regalo, la madre de Bana tuiteó una foto de la pequeña sosteniendo un cartel en el que podía leerse: “Muchas gracias por lo libros, amiga J.K. Rowling. Te quiero, desde Alepo”.
La ONU ha informado que hasta el momento hay 16 mil civiles desplazados tras la ofensiva del gobierno sirio en las zonas controladas por los rebeldes en Alepo.
Al menos 18 personas murieron en bombardeos aéreos sobre el resto del territorio controlado por los rebeldes, incluyendo 12 en el distrito de Shaar, cerca de la línea de costa norte. Otros 10 murieron en el área de Bab al-Nairab, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.