Llevamos dos años de cambios en cambios y es momento de acostumbrarnos; será parte de nuestra vida por lo menos hasta el 2023.
Quien no lo tenga claro como marca o cliente, está destinado a pasarla muy mal o morir sin facturar. Ahora bien ¿Qué hacer? Por lo pronto la súper vivencia es un buen elemento para partir como un epicentro estructural para comenzar en este viacrucis.
Odio las recetas de cocina y quien te las dé para resolver un problema de negocios es un farsante y un falso profeta posmoderno.
Lo que es necesario es primero sobrevivir y luego esperar a observar tu entono próximo y ecosistema de negocios para ver cómo se está comportado con respecto a la actividad económica y empezar a experimentar con experiencias híbridas a prueba y error para probar el mercado y empezar a facturar con las circunstancias que hay. Esto es lo que hay por el momento.
¿Cómo viviremos esta navidad 2022 pospandémica?
El comportamiento del consumidor será muy interesante para analizar y tomar nota. Todos los tiempos son atípicos pero estos lo son mucho más.
Tomemos en cuenta que el comercio se ha incrementado en su uso en más de un 350 por ciento y esta es una variable muy importante.
Por ejemplo, las personas de la tercera edad, mandarán sus regalos a nietos a través de Amazon, Mercado libre o tras plataformas de mercados de pago porque es una cuestión de ahorro de tiempo y una logística muy práctica.
Y no es que los mayores de sesenta años tengan un perfil de estas plataformas de pago o estantes digitales, lo que hacen muchas veces es usar el perfil de otros usuarios afines o cercanos en sus burbujas para, a través de ellos, pagar los regalos para sus nietos.
Esto es una observación importante para el mercado y el comportamiento de los consumidores ahora con pandemia o no. Vacunados o no, con miedo o no, los clientes regalarán más con estantes digitales y se reunirán con sus burbujas más cercanas por si las dudas.
¿Y los eventos “apá”?
Qué bueno que repuntaron los eventos presenciales o híbridos en el último trimestre del 2021. Esto es bueno en todos los sentidos para los productores de eventos, para la socialización y para el repunte de la economía de las familias. El miedo hace que nos retraigamos.
Si salimos, ayudamos a la economía local y regional y esto genera un impulso económico recursivo que ayuda a todos. Ahora bien, el miedo sigue latente en las personas y esto es una variable en la mesa. Y se respeta.
Lo que sigue es proyectar seguridad y confianza en los eventos masivos, dar garantías para los asistentes a los eventos y presumirlo. No olvidar siempre circundar de dar un seguimiento online a cada evento para los que no quieran asistir por diferentes razones, pueden estar desde donde quieran.
Porque esto de vivir será una variable diaria hasta una fecha que nadie sabe. Vivir será cuestión de sobre vivir por siempre como siempre lo ha sido sin darnos cuenta.