Cuando conversamos de “navegar” por internet, no nos estamos alejando en absoluto de la realidad, entendiendo esta actividad como nuestro desplazamiento por la superficie de un océano, que en este caso se llama web. Las vivencias al navegar por los mares de las llamadas redes sociales y en general por internet, nos dan la posibilidad, a todos, como lo hacían los antiguos navegantes, de vivir, y luego narrar grandiosas y/o terribles historias, mismas que se llegan a convertir en leyendas y a la vez en experiencias para futuros o navegantes.
Las historias de los navegantes
Como en todas las historias, de gran impacto emocional, similares a las que nos contaban nuestros abuelos, existe, en los relatos de la navegación por la red cuatro elementos básicos:
- Villanos
- Obstáculos
- Inspiración deseada y transformación alcanzada
- Un héroe
Los elementos para que una historia nos excite
1.Los villanos (piratas y peligros)
Son los seres y/o situaciones con las que nos topamos en la navegación por las redes sociales; son de diversos arquetipos y propósitos.
Ampliando nuestra narración, con la similitud de la navegación náutica, con la de la Web, así como los navíos recorren la superficie de mares y océanos y, desde sus cubiertas, se puede prestar atención al panorama que aparece, hasta los límites que el horizonte nos permita alcanzar, así nosotros vamos navegando por la web.
Como en toda trayectoria por tierra o por mar, si echamos un vistazo hacia las cuencas marinas, nuestra visión se limitará simplemente a unos cuantos metros, dependiendo de la claridad de las aguas. Imposible de llegar a ver las profundidades marinas. Para lograr este propósito necesitaremos otros medios que nos permitan una “navegación profunda”, también nos podremos guiar por mapas, pero, aun así, viajando en un submarino, jamás podremos llegar a los desconocidos abismos oceánicos de los que tampoco existen mapas.
Cada vez que abrimos nuestro “navegador”: Explorer, Chrome, Firefox, u otro, comenzamos a desplazarnos por la superficie de Internet. Pero Internet, al igual que los océanos, también tiene su “Fosa de las Marianas”; en la Web podemos encontrar profundidades abismales donde también es posible la navegación con “navegadores” especiales. Esta parte de la Internet, la que no vemos a simple vista de navegador, es conocida como “DEEP WEB” o “INTERNET PROFUNDA”.
Ahí en las profundidades de la Web, iremos encontrando información inimaginable con sus consecuentes riesgos: la generalidad de las personas hablamos del internet que vemos y conocemos, que en realidad es un 4 por ciento de la totalidad de Red, el 96 por ciento restante, corresponde a la Deep Web, a la Internet Profunda o Invisible.
¿Qué es la Deep Web?
En muchos sitios encontraremos comparaciones entre Internet y un iceberg, en el que nos muestran la punta de ese iceberg como el Internet que conocemos, y el resto como la Deep Web o Web Profunda, ahí se encuentra:
- Pornografía infantil y muchas desviaciones humanas
- Terrorismo
- Trata de personas
- Drogas
- Armas
- Asesinos a sueldo y otros
Se dice en las leyendas de marinos de la web, que ahí, en las profundidades de la “fosa de las Marianas” se encuentra la información controlada por los gobiernos, y la información hostil, agresiva. TOR.es el navío (Buscador) para entrar en esas profundidades de la Web; de utilizarlo, hay que hacerlo con gran precaución y sabiendo a dónde entraremos.
La Deep Web, como tal, no es sinónimo de ilegalidad, simplemente podríamos definirla como la parte de la red que dada su “profundidad” pasa desapercibida a los buscadores.
2.Los obstáculos
Son diversos principiando por los propios de infraestructura. Aquí un breve resumen de los conflictos y problemas más comunes y frecuentes en la navegación web y en las conexiones de red, información sobre sus causas, como resolverlos y consejos para evitarlos. Vínculos a páginas y artículos donde se aborda con más amplitud su solución.
3. Inspiración deseada y transformación alcanzada
Sin más, nuestra inspiración y transformación deseadas y por alcanzar, estará marcada por nuestra misión, visión, objetivos y valores, mismos que mueven y dirigen nuestra actuación en la red, son nuestro mapa de navegación. Con seguridad, estarán alineados a nuestro negocio, organización, institución y a nuestro actuar personal, de otra manera será un conflicto.
4. El navegante héroe y sus reglas básicas para navegar sin naufragar en el intento
Es una realidad que el navegar por la Web nos lleva tarde que temprano a contactar personas. Internet y las redes sociales, nacen para contactar personas, es aquí en dónde la web adquiere un rostro humano y es aquí también el momento en el cual debemos desplegar nuestras habilidades, competencias y valores, para tener éxito en esta maravillosa oportunidad de contactar, comunicar, más allá de nuestro hogar, oficina o lugar desde donde nos conectemos con el mundo; para esto tomar en cuanta estas cuatro reglas nos puede facilitar nuestra tarea.
Bien nos dice el Dalai Lama: “Los seres humanos somos seres sociales. Venimos a este mundo como resultado de las acciones de otros. Sobrevivimos aquí dependiendo de otros, aun si nos gusta como si no, no existe prácticamente ningún momento en nuestras vidas en el que no nos beneficiemos de las actividades de los demás. Por esa razón, no ha de sorprendernos que la mayor parte de nuestra felicidad surja en el contexto de nuestras relaciones con los demás.”
Es aquí en donde debemos comprometernos y responsabilizarnos de nuestras prácticas de navegación por la Ciberespacio, con nosotros, con nuestras organizaciones, con la sociedad – máxime tratándose de menores de edad – en una búsqueda permanente de la calidad y seguridad al navegar en este gran océano que es el Internet, en sus buscadores (Google, Internet Explorer, Firefox) y sus hijas menores que son las redes sociales; aprovechando, capitalizando oportunidades inimaginables, de investigación, entretenimiento, aprendizaje, e ir nítidamente y con la mayor seguridad posible del ocio al negocio y viceversa.