A través de un decreto, el Ejecutivo argentino promulgó la ley 266/2017 sancionada por el Congreso Nacional a fines de marzo, que en los hechos es el marco legal para habilitar el uso medicinal de la planta de cannabis.
Asimismo, se establece la creación del Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados, garantizado y promoviendo el cuidado integral de la salud.
La ley fue impulsada por diferentes organizaciones que defienden la utilización del cannabis para el tratamiento de patologías sobre las que, aseguran, genera un mejor efecto que los medicamentos tradicionales. Tuvo el apoyo de todos los bloques partidarios en el Congreso.
La idea ahora es impulsar la investigación médica y científica, además de promover la producción a través de laboratorios públicos.
En paralelo, y hasta que se pueda producir aceite localmente, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) permitirá su importación cuando sea requerida por pacientes que presenten determinadas patologías. La provisión será gratuita. Ver “Venderán dos marcas de infusiones con cannabis”.
La iniciativa está lejos aún de lo logrado en otros países de América, como Uruguay y Canadá, donde la legalización de la marihuana avanzó mucho estos años. En Canadá, por ejemplo, desde julio la venta y la distribución de marihuana quedará en manos de los gobiernos locales de cada territorio, que decidirán tanto el precio como la concesión de licencias para su venta. Ya no sólo para uso medicinal.
En 2015, en Uruguay, ocurrió un hito en la lucha contra el narcotráfico en Latinoamerica cuando quedó oficializada la ley que despenalizó la venta de marihuana y que permitió la venta legal de cannabis en farmacias.