Por Abraham Geifman
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El cantante y compositor rapero nacido en Miami y de familia cubana Armando Cristian Pérez, mejor conocido como “Pitbull”, es a mi gusto uno de los fenómenos mercadológicos más interesantes en el mundo del entretenimiento.
Siete álbumes de estudio, dos recopilaciones, 36 nominaciones y 5 preseas en diferentes certámenes cubren tan sólo una parte de su trayectoria. Lo más interesante es el número de duetos que tiene acumulados, enlisto los más importantes: Jennifer López, Shakira, Marc Anthony, JeanCarlos Canela, Natalia Jiménez, Wisin, Enrique Iglesias, Lady Gaga, Chris Brown, Akon, Ne-Yo, T-Pain, Justin Bieber, Havana Brown, Sia, entre otros. Otro aspecto curioso es que sus intervenciones son realmente breves, algunas de fondo y en otras sólo para darle un tono “in” a la melodía.
¿Quién conocía a Sia, Ne-Yo, Wisin o T-Pain antes de cantar con Pitbull?. Don Armando Cristian Pérez al prestar (o vender) unos segundos de su voz les dio fama. ¿Alguna duda de su poder mediático?
Basado en lo anterior: ¿Por qué artistas de la talla de Shakira, Jeniffer López y Lady Gaga decidieron hacer un dueto con Pitbull? Mi hipótesis es que “el cubanito” los llevó hacia nuevos territorios.
En términos teóricos Armando equivale a un “Endorsement” o “aval” de actualidad, moda, calidad y garantía de acceso a un mercado altamente atractivo. “Si eres cantante y quieres accesar a un público entre los 11 y los 19 años, latinos, trendies, embebidos en redes sociales, no te esfuerces, pídele a Pitbull un dueto y ya está”.
Alguien detectó que en el mundo de la música faltaba un aval para nuevos grupos o solistas, cuyo prestigio les ayude a sobresalir y elevar sus índices de popularidad.
Las empresas multi-marca utilizan esta estrategia para inyectar inercia a sus productos. Un nuevo detergente tendrá mayor probabilidad de éxito si en su etiqueta dice “Colgate Palmolive”. Un medicamento desconocido tendrá más futuro si lo apadrina una marca como Bayer, Merck, Schering Plough o Roche. El sello editorial en un libro de textos o de negocios puede hacer gran diferencia en la percepción del autor.
Otro estilo de aval es el uso de asociaciones con credibilidad que presten su sello para un empaque o campaña, tal y como lo hace la Asociación Dental Mexicana con Trident, o Instituciones de pediatría hacia alimentos, etc.
Cada vez es más complejo y costoso construir una marca relevante desde cero. Una ayuda por parte de otra marca o sello reconocidos es bienvenida entre tanta saturación y complejidad. Sin embargo debe existir legitimidad, integridad y valor agregado en cualquier producto que decida, con ayuda o sin ella, iniciar una aventura comercial y mediática.
La idea de tener un aval como Pitbull en la música desde luego es buena, pero conlleva un gran riesgo. Si un día Armando se porta mal (como le sucedió a Tiger Woods), el impacto en el medio será casi devastador.
Hay una lección de negocios: Utilizar un aval agrega valor, siempre y cuando el riesgo esté controlado.