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A inicios de año, Air France cambió su agencia de relaciones públicas en México
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En cifras de Statista, la marca registró en 2019 ganancias por 25 mil 780 millones de euros
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De acuerdo con las autoridades, el accidente ocurrió a raíz que los sensores de velocidad externos se congelaron
Air France debería empezar a trabajar en estrategias de crisis de marca. De acuerdo con AP, reguladores franceses quieren llevar a la aerolínea a juicio. Específicamente, se le quiere acusar por el homicidio involuntario de 228 pasajeros. Airbus, el fabricante del avión que protagonizó el accidente, no estaría involucrado en el proceso legal, de llegar a concretarse.
El juicio giraría en torno a un accidente ocurrido en junio de 2009. En un viaje entre Rio de Janeiro y París, un avión de Air France se desplomó en el Océano Atlántico. Los reguladores apuntan que la marca fue negligente y no proporcionó entrenamiento suficiente a los pilotos del vuelo. Señalaron que la falta de preparación impidió que el capitán, que no se encontraba en la cabina al momento de la falla que provocó el accidente, pudiera resolver la situación.
Cuando una marca es acusada de un crimen
No es ni de casualidad la primera vez que una marca aparecería enfrente de algún tribunal por algún crimen serio. Varias tecnológicas están en estos momentos testificando frente al Congreso de Estados Unidos (EEUU) por prácticas anti-competitivas. Boeing, a raíz de dos accidentes con sus unidades 737 MAX, también ha sido forzado a pagar indemnizaciones multimillonarias a las familias de los afectados.
Pero, curiosamente, no siempre es malo para las empresas presentarse a juicio. Para muestra, está el ejemplo de Johnson&Johnson. La compañía fue comparada hace dos días con un líder narcotraficante por su rol en la crisis de opioides. Solo un día después, la marca presumió ganancias récord. Otro caso interesante es el de Facebook. A pesar del escándalo de Cambridge Analytica, ni su reputación ni sus ganancias se vieron afectadas.
Todo parece indicar que la relación del público con las compañías, al menos con las líderes del mercado, está adquiriendo características preocupantes. El público parece ser capaz tanto de mostrarse indignado por las acciones de una marca como de hacer negocio con ella. En este contexto, parecería que la responsabilidad corporativa es cada vez menos importante. Todo indica que la imagen de las corporaciones es cada vez más inmune a factores externos.