Los negocios y la lealtad son muy compatibles, mucho más de lo que parece y, a veces, parecería que ser leal no es muy rentable, pero, a la larga, lo es.
Lo más común es que la gente traicione, que vea por sus intereses en un primer plano, un sentido individualista; veo por mí, por mi bienestar y por lo que a mí me conviene.
Tal parece que si todos pensamos así resultará en un beneficio real, pero esto no funciona a largo plazo; pensar así, hace que las organizaciones se rompan y que las empresas se fracturen poco a poco, que las relaciones de trabajo se deterioren considerablemente. Pensar a corto plazo hace que no crecer sea un sistema.
Muchos han traicionado, van a traicionar, hemos traicionado y van a traicionarnos. Así es el sistema individualista, lleva años de experiencia entender que si pensamos en comunidad, lograremos generar más riqueza para nosotros mismos y para los demás, los que nos rodean, ya sean socios, proveedores o clientes.
Esta filosofía también aplica como ADN de marca para compartirla con los clientes. La lealtad que se pide a los clientes también se debe de otorgar en los servicios y productos, motivo por el que las marcas necesitan ser leales con los proveedores, sus fundadores, accionistas, trabajadores y, por supuesto, con quienes las compran, sus clientes.
La lealtad es la herramienta fundamental para ganar en los negocios
Es una cuestión de largo plazo, no llega con los segundos. La lealtad se espera y se siembra poco a poco, aunque a veces se pasa hambre, y el dinero no siempre llaga pronto, pero quien está contigo, lo estará siempre. Es ser fiel a una marca, a un ideal a una ley. A un orden; se trata de una fidelidad en las buenas y en las malas.
Las principales marcas y empresas que han generado comunidad “storytelling” y un movimiento verdadero en la historia de los clientes, que va más allá de la decadencia de los tiempos; la verdadera lealtad genera dinero fructífero y sólido.
Si traicionas, podrás ganar dinero, pero será rápido; de forma efímera, pero sin relaciones fructíferas; dinero rápido, pero que se irá muy fácil, que te hará perder relaciones a largo plazo. Perderás amigos y verdaderos socios de negocios.
Al final, el dinero es una energía muy poderosa, pero, al fin, ese tipo de energía tan poderosa debemos acompañarla de relaciones consolidadas con lealtad y fidelidad en valores reales sin hacer daños a terceros y en relaciones ganar-ganar, justas para todos. Equilibrio real sensato para siempre.